Antonio Mancelli nació en Italia a finales del siglo XVI, no se sabe exactamente dónde ni en qué año. Quizá entre 1575 y 1580, probablemente en Fanano, pueblo del que eran sus padres. O quizá nació en Roma, o allí estudió o trabajó, antes de su llegada a Madrid, pues en algunos documentos aparece nombrado como Antonio Mancelli Romano. Aún existen muchas incógnitas sobre este artista, uno de los muchos que vivieron en el Madrid del siglo XVII. Aunque cada vez menos, gracias primero a los documentos descubiertos por el archivero Antonio Matilla Tascón que abrieron el camino, y más recientemente a las investigaciones de José Miguel Muñoz de la Nava que le han permitido dar a conocer muchos detalles sobre la vida y la obra de Mancelli, creador del primer plano de Madrid.
Antonio Mancelli se trasladó a España, y tras una estancia en Valencia, donde en 1608 realizó el plano de esta ciudad, entre los años 1612 y 1614 se instaló en Madrid, muy cerca del Alcázar Real, como muchos artistas que en aquellos tiempos llegaron a la capital del reino. Era el Madrid de Felipe III, su arquitecto Juan Gómez de Mora, pintores como Vicente Carducho con quien tuvo mucha relación, Eugenio Cajés pintor del rey en 1612, los últimos años de Cervantes, los comienzos del reinado de Felipe IV… era el Madrid del Siglo de Oro.
Era también el Madrid de Juan Bautista Lavanha o Joao Baptista Lavanha, famoso cartógrafo y profesor en la Academia de Matemáticas, a cuyo alrededor se moverían muchos personajes, como el propio Mancelli o por supuesto Pedro Texeira.
Antonio Mancelli se casó con Bernardina de Riaza y Mendoza tal vez poco después de llegar a la Villa. Antonio y Bernardina vivieron en la calle de la Puebla, hoy calle de Fomento.
Quedan pocas huellas de lo que pudo ser en el siglo XVII la entonces llamada calle de la Puebla, cuando allí vivía Mancelli, pero en esta recoleta calle, a un paso del Palacio Real y del Palacio del Senado, antiguo Colegio de doña María de Aragón, aún se respira un cierto ambiente evocador de tiempos pasados.
Tal como nos indica la Planimetría de Madrid, su casa ocupaba el sitio 25 de la manzana 554, que comienza en la calle de Torija, sigue por la del Reloj, calle del Limón (actual Travesía del Reloj) y termina en la de la Puebla (hoy calle de Fomento).
Merece la pena dar una vuelta a la manzana. En el sitio nº 1 en la década de 1780 allí se instaló la sede del Consejo Supremo y Tribunal de la Inquisición, hasta su extinción en 1820 como nos indica una placa del Ayuntamiento en el nº 14 de la calle de Torija, donde luego estuvo el Convento de las Reparadoras, actualmente vacío tras su venta en 2008 para ampliación del Senado. Junto al gran edificio y su iglesia se mantienen otras construcciones más modestas, alguna de ellas testigo de otros tiempos.
Buscamos la placa del sitio nº 25 en la calle de Fomento pero no la encontramos. Es una pena porque estas placas correspondientes a la Visita General llevada a cabo en 1750 a partir de la cual se publicó la Planimetría, nos proporciona una información muy valiosa acerca de la vida en el Madrid de los siglos XVII y XVIII.
La vivienda de Mancelli estaba muy cerca de los sitios 22 y 23 que aunque entre feos cables y tuberías en este caso las placas sí se han conservado.
Corresponden al actual nº 31 de la calle.
La casa de Mancelli debía estar situada aproximadamente en el lugar del actual número 25.
Era una casa sencilla, normal para la época, de una planta, poco más de 6,5 metros de fachada.
Antonio Mancelli era pintor, dibujante, iluminador o coloreador, y cartógrafo. Como Pedro Texeira, conocía las técnicas de la corografía, de la fortificación y las matemáticas.
Además de dedicarse a su oficio, fue comerciante. Tenía una tienda en las covachuelas de San Felipe, junto al famoso mentidero en la Puerta del Sol. Allí vendía mapas, libros, láminas y globos terráqueos. En 1623 (año de impresión del plano) compró otro puesto en el Alcázar junto a la “escalera que subía a los corredores”, cerca de otro mentidero, el de las Losas del Alcázar. Parece que supo situarse bien en la Villa y Corte.
Antonio Mancelli realizó su Plano de la Villa, el primer plano de Madrid, aproximadamente entre los años 1614 y 1622. Fueron ocho años de trabajo, recorriendo y midiendo las calles de Madrid, probablemente ayudado por sus oficiales pues tuvo al menos dos según demuestra el texto de su testamento.
Además del plano La Villa de Madrid Corte de los Reyes Católicos de España realizó una Vista de la Plaza Mayor. Presentó ambas obras al Concejo, siendo aprobada su impresión en septiembre de 1622 la cual tuvo lugar al año siguiente.
De la Vista de la Plaza Mayor y de su faceta de pintor, también muy interesante, quizá podamos hablar en otra ocasión. El Plano, dibujado en perspectiva caballera, dividido en dos planchas, es una bella obra de arte y además, a pesar de que algunos autores en el pasado lo han considerado poco fiable, nos proporciona mucha información sobre esta época tan importante en la historia de la villa, el Madrid de los años 1614 a 1622.
Durante mucho tiempo el plano fue atribuido al impresor holandés Frederick de Witt. Y así continúa figurando en muchos lugares, en algún caso de forma incomprensible. La realidad es que Witt, igualmente cartógrafo e impresor, nació en 1630, varios años después de la realización del plano, por lo cual nunca pudo dibujarlo. Durante mucho tiempo se dio como fecha de impresión original la de 1635, hecho igualmente imposible pues en todo caso en esos momentos de Witt tenía solo cinco años de edad.
Aunque no se conoce ninguna de las originales de 1623 Mancelli recibió trescientos cincuenta ducados por imprimir trescientas láminas, ciento cincuenta planos y ciento cincuenta estampas de la Plaza Mayor. Después realizó más impresiones pues recibió más encargos, nuevos planos, iluminación de los ya impresos, incluso su enmarcación, tanto para el Ayuntamiento como para la Corona.
Existe un ejemplar en la Biblioteca Nacional de España que pudimos contemplar en la exposición La Biblioteca Nacional, trescientos años haciendo historia, sin datos, fecha, autor ni grabador, el cual, según la propia BNE podría ser la edición más antigua del plano.
La Biblioteca guarda otro ejemplar posterior, grabado en Amberes, en el que sí figura el nombre del editor: F. de Witt.
En Madrid hay otro ejemplar guardado en la Biblioteca Regional también con la firma de De Witt, quizá impreso hacia 1657. La Biblioteca Digital de la Comunidad de Madrid cuenta : Tradicionalmente se ha pensado que fue dibujado y grabado en los Paises Bajos por Frederic de Wit, miembro de una familia de impresores holandeses. Investigaciones posteriores ponen en duda esa autoría, asegurando que fue dibujado por Juan Gómez de Mora, coloreado por Antonio Mancelli y finalmente grabado por Wit.
La primera frase hace honor a la verdad, como ya hemos comentado. Pero hoy día parece que ya nadie duda, o debería dudar, que el plano fue dibujado por Antonio Mancelli.
En la web del Museo de Historia aparecen registrados dos ejemplares, uno iluminado y otro sin iluminar. Atribuyen la autoría a F. De Witt y fecha 1635.
Bernardina murió antes de 1632 y Antonio continuó viviendo en la casa familiar hasta su fallecimiento, probablemente después de 1643. No habían tenido hijos.
Muchos años después las planchas originales de su mapa se vendieron y en algún momento fueron adquiridas por Frederick de Witt quien realizó nuevas y numerosas impresiones del primer plano de Madrid, del Plano de Antonio Mancelli.
Por : Mercedes Gómez
—
Fuentes:
J.M. Muñoz de la Nava Chacón. «Antonio Mancelli: corógrafo, iluminador, pintor y mercader de libros en el Madrid de Cervantes (I)». Revista Torre de los Lujanes, Nº 57 (2005).
J.M. Muñoz de la Nava Chacón. «Antonio Mancelli: corógrafo, iluminador, pintor y mercader de libros en el Madrid de Cervantes (II)». Revista Torre de los Lujanes,, Nº 58 (2006).
C. Líter y F. Sanchís. La Villa de Madrid Corte de los Reyes Católicos de España. BNE.
F. Benito. Un plano axonométrico de Valencia diseñado por Mancelli en 1608. Universidad de Valencia.
Planimetría de Madrid.
J. del Corral. Las composiciones de aposento y las casas a la malicia. IEM. 1982.
30 comentarios
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7 de octubre de 2012 a 22:51
Carlos osorio
Extraorinaria y esclarecedora entrada. Gracias, Mercedes, un abrazo.
7 de octubre de 2012 a 23:27
Amparo
Mercedes, otro documento impresionante de conocimiento e interés.
Muchísimas gracias! es un lujo tanta erudición puesta al alcance de todos!
7 de octubre de 2012 a 23:40
J. J. Guerra Esetena
Hola Mercedes:
Fantástico y esclarecedor reportaje. Aquel Madrid del Siglo de Oro, punto de encuentro de artistas y científicos venidos de otros países y de otros puntos de España, debió ser fascinante. Un abrazo, Jesús
8 de octubre de 2012 a 10:42
antonioiraizoz
Hola Mercedes, no se por dónde empezar a agradecer: Si por el enlace con J. B. Lavanha, si por sacarme del error de haber creido siempre que el plano era de De Witt, si por hacer justicia con un Mancelli desconocido para mi o si por explicarnos el significado de esas placas misteriosas y tan familiares que rezan «Visita G, Manzana nº…»
Muchas gracias por todo el reportaje.
Un abrazo
8 de octubre de 2012 a 12:08
Emilio Guerra Vhavarino
Mancelli dibujó el primer plano de Valencia, que lo podéis contemplar en el museo que se encuentra en la misma plaza de España (la del Ayuntamiento). Desgraciadamente no se conoce el primer ejemplar realizado por Mancelli y que junto con el «teatro de las Grandezas de la Villa de Madrid» del maestro Gil Gonzalez Dávila, fueron encargados por el Ayuntamiento con motivo de la inauguración de la Plaza Mayor (Hoy lo llamaríamos plano-Guía para turistas).
La vista de la Plaza Mayor de Madrid, por Mancelli la podeis ver en un artículo que escribí en el número 28 de la revista «Madrid Histórico» de julio/agosto 2010.
Lo curioso de este primer plano de Madrid, el realizado por Mancelli, (entonces se llamaba «La Mapa») es que en sus bordes incluían reproducciones de caras de personajes, entre ellos San Isidro, y que se encuentran también en el mencionado «Teatro de las grandezas».
9 de abril de 2018 a 11:14
Manuel Fernández
Ateneo Mercantil de Valencia ya tiene un preciado ejemplar del plano de Mancelli de la Valencia de 1.608, donación de la Sociedad Bibliográfica Jerónima Galés y que su presidente, Rafael Solaz, explicó en persona a la Junta Directiva de la Entidad.
Fuente: Revista n° 46 de Marzo 2018 Ateneo Mercantil.
8 de octubre de 2012 a 14:55
Papageno
La vista de la Plaza Mayor de Antonio Mancelli, conservada en la British Library, la dio a conocer hace pocos años Jesús Escobar en su artículo «Antonio Manzelli: an early View of Madrid (c. 1623) in The British Library, London», Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, 17 (2005), pp. 33-38. Poco después, y como complemento a su artículo sobre Mancelli y su plano publicado en los números 57 y 58 de «Torre de los Lujanes», José Miguel Muñoz de la Nava dedicó otro estudiando con pormenor el proceso de remodelación de la Plaza a fines del reinado de Felipe III y la propia vista de Mancelli:
«La suntuosa Plaza Mayor de Madrid, Corte de los Reyes Católicos de España, que representó Antonio Mancelli (I y II)», Torre de los Lujanes, 60 (2007), pp. 127-182 y 61 (2007), pp. 141-190. Allí también se reproduce la vista e incluso se aportan curiosidades como la de desvelar el significado de algún epigrama que aparece en ella.
En el primero de los mencionados artículos (ambos en dos partes) de José Miguel Muñoz de la Nava sobre Mancelli se ofrece una propuesta de reconstrucción del plano (o el mapa) tal como pudo ser en aquellas primeras impresiones, con los medallones de santos y miembros de la familia real nacidos en Madrid, grabados utilizados en el «Teatro de las grandezas» de González Dávila, pero no en impresiones posteriores realizadas por el propio Mancelli en Madrid, por lo que es cierto que los planos que no tienen nada en la cartela podrían haber sido impresos por el propio Mancelli o quizá por los primeros impresores flamencos que dispusieron de las mismas planchas (que fueron las mismas que a fines del XVII o comienzos del XVIII utilizó uno de los Wit, Frederick).
Lo de que Gómez de Mora dibujó el plano, luego lo coloreó Mancelli y por último lo imprimió Wit (o Witt) no tiene por dónde sustentarse, no sé cómo hay páginas que se hacen eco de la broma sin pensar cómo podría Mancelli haber hecho su supuesta parte, es decir, colorear lo que todavía no se había imprimido.
Gracias, Mercedes, por tus continuas aportaciones y por documentarte como lo haces.
8 de octubre de 2012 a 15:07
Mariarosa
Pues otra aventura casi detectivesca la que has llevado a cabo…Y es que tu curiosidad no tiene límites…Yo vi también ese luminoso plano de Madrid en la gran exposición de la BN…pero no pasé de admirarlo…¡¡y mira ahora tú me lo cuentas todo!!.. Mil gracias
8 de octubre de 2012 a 19:34
Mercedes
Gracias a ti Carlos.
Un beso
Hola Amparo, me alegra mucho que te guste, pero no es erudición, te lo aseguro, es solo que estos temas me interesan mucho, ¡muchas gracias!.
Hola Jesús, opino como tú, esa época es fascinante. Muchas gracias!
Un abrazo.
Hola Antonio, tu tocayo Mancelli es uno de tantos personajes interesantes del siglo XVII pero muy desconocido, me alegra mucho haberte descubierto cositas. La Planimetría es muy, muy interesante.
Gracias a tí y otro abrazo
Hola Emilio, efectivamente el tema puede dar mucho de sí, y, como comento en el artículo, la Vista de la Plaza Mayor es también muy interesante. Gracias por tu comentario.
8 de octubre de 2012 a 19:42
Mercedes
Hola Papageno, no te acordarás de mí, pero ya nos conocimos “virtualmente” hace bastante tiempo en un foro sobre Madrid. Recuerdo tu “nombre” porque la verdad es que me interesé mucho por este tema, y conocí y conseguí los trabajos de Muñoz de la Nava, que conoces muy bien, gracias a ti. Hace mucho tiempo que quería escribir algo sobre todo esto. Me alegra saber que te gustan mis aportaciones, y te agradezco mucho las tuyas.
He podido leer hace unos días el artículo de Jesús Escobar (gracias a mi amigo David Gutiérrez que me lo envió) y ahora por fin (en aquel momento no me hice con ellos) tengo también los dos artículos sobre “La suntuosa Plaza Mayor….”, que he comenzado a leer.
Saludos y bienvenido
8 de octubre de 2012 a 19:44
Mercedes
Hola María Rosa, mil gracias a tí por estar ahi!
8 de octubre de 2012 a 22:12
Boro
Lo de las cuatro torres en la fachada del Real Alcázar, sería un proyecto que se manejaba en aquellos años o fue una licencia que se tomó Mancelli? Resulta extraño que en una obra pagada por el ayuntamiento metiera algo tan llamativamente inexacto, pero la verdad es que cuatro torres en la fachada desequilibra bastante una composición clasicista como la del Alcázar.
9 de octubre de 2012 a 09:05
J. Casado
Hola Mercedes. A cada quien lo suyo. Si Mancelli, realizó el primer plano de Madrid, es justo que se le reconozca tal honor.
Gracias por tu investigación, y sobre todo por contarnosla.
Un saludo.
9 de octubre de 2012 a 09:35
Papageno
Pues sí, Mercedes, era un foro estupendo, no sé qué pasó con él. Pero sabes que solo tienes que escribir “Mancelli” para hacerme surgir como un fantasma, esté donde esté.
Por supuesto que es de agradecer que haya páginas web, libros, artículos, personas honestas, que no se dedican a escribir lo primero que les pasa por el magín o que repiten las mismas estupideces de siempre sin el mínimo rigor ni respeto a los demás que les van a leer. Creo que Internet, aparte de ser una herramienta utilísima cuando existe una cierta base y un adecuado espíritu crítico, nos ha evidenciado que hay mucha gente que se las da de experta y no tiene ni idea de lo que dice, cuando no tiene la clara intención de manipular; pero además nos ha hecho pensar que esto no solo ocurre en Internet sino que ha ocurrido, ocurre y seguirá ocurriendo también en el papel impreso, en las conferencias, en los ámbitos supuestamente más selectos del mundo intelectual. Bueno, y aquí me paro. Lo mejor de tu página y no muchas más es que exponéis una serie de temas muy interesantes y además procuráis documentaros adecuadamente y presentarlos de modo atractivo, y quienes quieran pueden opinar y plantear sus dudas o hacer sus propias aportaciones. Personalmente soy absolutamente partidario de la divulgación, pero divulgación de calidad, que nunca tiene por qué ser árida o aburrida. De hecho, siempre que alguien da a conocer algo que ha descubierto está haciendo divulgación; pero todos tenemos derecho a ser adecuadamente informados, no solo los especialistas en determinados ámbitos. Por otra parte, no existe nada más dañino que esas novelillas, peliculejas y seriales pseudohistoricistas que se inventan escenas, diálogos, pensamientos íntimos, situaciones, porque los ciudadanos terminan confundiendo la realidad con la ficción; en cambio, estoy seguro de que un trabajo histórico serio y adecuadamente presentado puede ser tan atractivo o incluso más para el gran público que esas elucubraciones gacetilleras. La gente (mucha gente) quiere saber, hay más interés cultural del que a veces podamos pensar, no hay más que ver las caras que ponen los “turistas” cuando les habla el guía; lo que hay que transmitirles son datos que sean veraces y que susciten su interés por continuar desarrollando y ampliando por su cuenta esos conocimientos. Total, que muy bien, Mercedes, por tu labor, y perdón por el rollo, de vez en cuando tengo que decir cosas como estas, porque si no reviento.
Y una pequeñísima –aunque extensa, como siempre- puntualización: dices que “el plano fue dibujado, coloreado, grabado e impreso por Antonio Mancelli”; esto es cierto, pero no del todo. En primer lugar, Mancelli dibujó, durante ocho años, el primer plano que nunca haya tenido Madrid, y todos los que han venido después hasta nuestros días son herederos de él, como lo son los de Valencia del que hizo también Mancelli de esta ciudad, y como lo fueron, hasta el siglo XIX, prácticamente todas las vistas de la Plaza Mayor también respecto a la de Mancelli. Texeira, por ejemplo, no solo tuvo ante sí el plano de Mancelli, sino que es muy posible que ambos tuviesen la oportunidad de hablar de estos asuntos. Pero Mancelli partió de cero: no había nada en lo que basarse; él mismo lo dijo en alguna ocasión: el plano de Madrid era “cosa que nadie se ha atrevido a hacer”. Imaginaos a Mancelli y sus ayudantes (se conocen los nombres de algunos de ellos) recorriendo todas las calles y plazas de Madrid con sus aparatos de medición, tomando apuntes, haciendo croquis, durante ocho años; esto último también lo dijo él mismo varias veces y nadie se lo rebatió, porque todos sabían que era cierto. Lo raro es que no se hayan localizado referencias a Mancelli y su equipo en la literatura, debía de ser un personaje conocidísimo, habitual para los madrileños.
Mancelli era delineante, topógrafo, experto en dibujos corográficos, también pintor. Pero no era grabador; eso era otra especialidad, como los grandes pintores y dibujantes muy raramente llevaban ellos mismos sus dibujos a la plancha de metal. De eso se encargó otro personaje. Algún documento de la época menciona a un tal “Juan Scotens” al que se encargó, poco antes de que fuese imprimido el de Mancelli, que grabase un plano de Madrid (solo podía ser el de Mancelli, no esperéis que aparezca otro anterior, porque no ha existido nunca); a ese tal “Scotens” no se le dijo que lo dibujase, sino que tallase las planchas para la impresión de un plano que ya estaba dibujado. No parece haber más referencias sobre ese tal “Scotens” entre los grabadores activos en el Madrid de la época, pero sí, evidentemente, de uno de los principales grabadores del momento, muy activo en los mismos ámbitos que Mancelli, especialmente Palacio, y autor, por cierto, de alguno de los medallones con retratos impresos en el “Teatro de las Grandezas” de González Dávila posiblemente utilizados también en la primera impresión del plano de Mancelli: Juan Schorquens. Es posible, pues, y entra dentro de lo muy razonable, que se hiciese un encargo tan importante a un grabador del reconocido prestigio de Schorquens.
Ya tenemos el dibujo (de Mancelli) y las planchas (quizá de Schorquens). El Ayuntamiento encargó entonces a Mancelli que las hiciese imprimir; es decir, previo contrato entre ambas partes, le ordenó que imprimiese las planchas, pero también podemos entenderlo como que le autorizó a hacerlo, con unas determinadas condiciones suficientemente conocidas. Es como cuando un escritor (Cervantes, por ejemplo), solicitaba permiso para hacer imprimir y vender una obra (“Don Quijote”, pongamos por caso); tras verificar que su obra cumplía determinados requisitos, se le daba autorización para que lo hiciese, por una serie de años. Y Cervantes buscaba un impresor e imprimía y vendía todos los ejemplares que podía. Y Mancelli, que no era impresor, aunque sí fue vendedor de planos y libros y conservó en su casa unas cuantas planchas grabadas, de sus propios trabajos y de trabajos de otros (como el libro de Vignola), buscó quien le imprimiese las planchas de su plano y de su vista de la recientemente reformada Plaza Mayor.
En el caso de Mancelli, el Ayuntamiento incluyó en el pago la entrega de una serie de ejemplares del plano y de la Plaza Mayor, ampliando el pedido en varias ocasiones posteriores. Unos irían coloreados, otros no; unos con marco, otros sin él. Y Mancelli se comprometió a colorear los que se le pidiesen coloreados, tarea que, efectivamente, pudo llevar a cabo él mismo, o algunos de sus ayudantes, quizá su propia esposa; y en cuanto a los que se comprometió a dar con marco, esto no significa que también fuese carpintero, ya se encargaría él de encontrar quien le confeccionase los marcos.
Además de los ejemplares que le encargó el Ayuntamiento, Mancelli mantuvo los siguientes años el derecho a imprimir los que quisiese por su cuenta, pues siguió conservando las planchas en su poder; pero el Ayuntamiento le impuso la condición de que nunca podría dedicarlos a ninguna persona o institución que no fuese la propia Villa; por eso, en los ejemplares imprimidos posteriormente por él no figuraba nada en la cartela, ni tenían los medallones, porque estos últimos, muy posiblemente, se utilizaron para el libro de González Dávila (en el que se añadió otro más, de tamaño mayor, pues mientras se negociaban todos estos asuntos se murió Felipe III y fue preciso añadir a Felipe IV en el libro, pero no en el plano, pues Felipe IV no había nacido en Madrid y todos los personajes (santos y miembros de la familia real) que aparecían rodeando el plano eran o se suponía que eran madrileños.
Por último, en relación con lo que plantea Boro sobre las torres del Alcázar, habría que hacer un profundo estudio documental sobre lo que aparece en el plano de Mancelli, una vez aceptado mayoritariamente que su primera impresión tuvo lugar en 1623 pero que empezó a dibujarlo hacia 1613 o 1614; la Plaza Mayor, por ejemplo, que por estar en la zona central debió de ser de lo primero que dibujó, no se parece en nada a la de 1623, pero sí a la de antes de la reforma, e incluso a alguno de los proyectos iniciales para su reforma. Por supuesto que Mancelli conoció a Gómez de Mora, y también a otros arquitectos –Gómez de Mora no fue el único arquitecto del momento, nunca estorbará recordarlo- del entorno de la Casa Real y de la Villa; Madrid no era tan grande, y aún eran menos los que se dedicaban a las mismas o similares actividades o que estaban relacionadas entre ellas, los que se desenvolvían con soltura por el Alcázar y por las dependencias municipales. Y, del mismo modo que se abrieron de par en par las puertas del Archivo de Villa a González Dávila para que elaborase su libro, posiblemente Mancelli tuvo oportunidad de conocer proyectos que iban a llevarse a cabo inminentemente, en un Madrid tan cambiante como fue el del reinado de Felipe III, especialmente tras el regreso de la Corte de Valladolid en 1606.
Perdón, perdón, me he pasado mucho. Diré en mi descargo que, por algún raro motivo que no alcanzo a entender, hay que tener muchísimo cuidado con todo lo que se dice sobre este plano, porque siempre termina saltando alguien con alguna ocurrencia que vuelve a paralizar u obstaculizar las investigaciones sobre él. A ver si los especialistas en proponer homenajes toponímicos empiezan a pensar qué calle o qué plaza o qué parque se le podría dedicar al pobre Mancelli (quizá la Plaza Mayor o la Puerta del Sol, por ejemplo) y permiten a otros especialistas que les digan quién fue ese señor y por qué merece una calle o, por lo menos, por qué debería reconocérsele de una vez por todas la autoría de su plano.
9 de octubre de 2012 a 11:06
romo13
Hola Mercedes,
No es por desmerecer al «gran Texeira», pero el plano de Mancelli no tiene nada que envidiar. Qúizá si no hubiera sido «picado» por este plano, Texeira no hubiera acometido su magnífica obra.
Y pensar que todos los honores históricos se los llevó de Witt. Desde algún sitio Mancelli se mordería las uñas.
Magnífica entrada.
Un beso.
9 de octubre de 2012 a 20:02
Mercedes
Hola Boro, aunque ya te ha contestado Papageno, al que doy las gracias, yo añadiría que me extrañaría mucho que fuera una licencia de Mancelli, pero sinceramente lo desconozco. Otro tema a investigar…
Muchas gracias por tu visita.
9 de octubre de 2012 a 20:06
Mercedes
Gracias a tí, José,
es verdad que existe una «injusticia» con Mancelli, a ver si poco a poco se le reconoce su importancia.
Saludos
9 de octubre de 2012 a 20:39
Mercedes
Hola Papageno, a menudo la palabra “divulgar” tiene connotaciones negativas, como si fuera contrario a lo profesional o de calidad. Pero divulgar es publicar, dar a conocer, y eso es bueno, aunque se puede hacer bien o mal, como todo.
Internet es un medio, en este caso no impreso, y tiene sus peligros. Eso no quita que se pueda ser serio y prudente, al menos intentarlo, y ameno. Y al revés, a veces los medios impresos (incluidos algunos libros sobre Madrid) tienen errores, es fácil darse cuenta cuando conoces un tema un poquito. Y, en fin, para mí la forma es importante, el escribir de forma enrevesada, a veces parece que para demostrar que sabemos muchísimo, no me atrae en absoluto. Así que en todo esto básicamente estamos de acuerdo. Y por supuesto me alegra incluyas mi blog entre las páginas interesantes para tí.
Volviendo a Mancelli, te agradezco la puntualización. Al decir que imprimió el plano no quise decir que lo hiciera él físicamente, es como cuando decimos que un arquitecto “construyó” una casa, pero haces bien en aclararlo, no me gustaría contribuir a propagar uno de esos errores que pasan de un sitio a otro tan fácilmente. Ya he cambiado la frase (eliminado que lo grabó y lo imprimió), aquí queda constancia.
No me gustaría nada decir algo inconveniente y entorpecer la labor de los investigadores sobre mi querido Mancelli ni sobre nadie, al revés, ojalá pueda contribuir a que se le reconozca.
Como siempre, un placer leerte, compartes tu trabajo, y lo haces escribiendo estupendamente. Además de lo que aprendo, lo que más me gusta es cómo nos trasladas al ambiente cotidiano del siglo XVII. No todo es dar datos y hablar de grandes personajes, lo interesante y bonito también es comprender cómo era la villa y sus habitantes.
Me ha salido también un poco largo, pero es que planteabas muchas cosas.
Un cordial saludo, y ya sabes que estás en tu casa.
Mercedes
9 de octubre de 2012 a 20:42
Mercedes
Gracias romo13, es verdad, Texeira en ese sentido lo tuvo más fácil, y a estas alturas ¿qué vamos a añadir sobre su maravilloso plano?, pero también es necesario reconecerle a Mancelli todo su mérito.
Un beso
10 de octubre de 2012 a 17:50
Boro
Agradeceros vuestras respuestas Mercedes y Papageno. He «investigado» un poco y parece que Mancelli era una persona precisa, y las dos torres bordeando la puerta del Alcázar, no solo se proyectaron, sino que incluso llegaron a construirse parcialmente aprovechando las torres del antiguo castillo que se ven en las imágenes del Alcázar anteriores a 1610 en que la nueva fachada palaciega del Alcázar diseñada por Gómez de Mora empieza a levantarse y cuyo fin era dar homogeneidad al aspecto del Palacio. Estas dos torres pueden verse en un grabado que representa las fiestas realizadas en honor del Príncipe de Gales en su visita a Madrid en 1623 (precisamente). Las torres eran más anchas que las de los extremos (la Dorada y la de la Reina) y nunca llegaron a cubrirse con chapiteles, pero si se proyectaron. Finalmente se decantaron por un modelo más escurialense y las torres fueron demolidas.
10 de octubre de 2012 a 20:28
Mercedes
¡Qué interesante Boro, muchas gracias!
12 de noviembre de 2012 a 02:05
Emilio Guerra chavarino
Recurdo que el encargo que le hicieron a Mancelli de una «MAPA» de Madrid fue paralela a la que hicieron a Gonzalez Dávila para que presentara su famoso «teatro de las Grandezas», todo ello con motivo de la inauguración de la plaza Mayor. Fue algo así como la «documentación turística» que se entregaba a los visitantes de Madrid. De la Mapa no se conoce ejemplar alguno. Los que ahora podemos contemplar fueron realizados años despues por otras personas, entre ellas Wit
La Mapa tenía alrededor una cadena de medallones con las faces de reyes, príncipes y santos (entre ellos, San Isidro). Son los mismos medallones que aparecen en el Teatro de las Grandezas de Dávila
Emilio Guerra Chavarino
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