El próximo viernes 7 de diciembre celebramos el Día del #OrgulloBarroco cuyo Manifiesto, en el que tuve el placer de participar gracias a la invitación del equipo de Investigart, fue publicado el año pasado en su blog.

Con este motivo emprendemos un paseo por la Villa que vivieron los artistas barrocos madrileños. Hoy os invito, más que a contemplar sus obras, como solemos hacer, a buscar las huellas que dejaron en las calles que tantas veces debieron recorrer. A caminar por el antiguo Madrid recordando que en el siglo XVII por allí anduvieron Antonio Mancelli, Juan Gómez de Mora, Pedro Texeira, Diego Velázquez, Pedro Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, Lope de Vega… los protagonistas del #MadridBarroco, el Madrid del Siglo de Oro, los grandes autores de la literatura, el teatro, la escultura, pintura, arquitectura… El Barroco, un estilo artístico pero también un estilo de vida, el reflejo de una época.

 

Los protagonistas del Madrid Barroco fueron los cartógrafos, pintores, escultores, escritores, arquitectos… Unos nacieron en Madrid, otros llegaron siendo casi unos niños o jóvenes en busca de un lugar en la Villa y Corte. Algunos se conocieron entre sí, incluso fueron amigos, entre otros hubo conflictos, y otros seguramente se cruzaron sin llegar nunca a entablar conversación. Lo que tienen en común todos ellos es que aquí vivieron, trabajaron, crearon, caminaron por nuestras calles, aquí murieron y hoy ocupan un lugar en la Historia del Arte.

Muchos de ellos se instalaron en las proximidades del Real Alcázar, en busca de trabajo y sobre todo de un cargo estable al abrigo de la Corte que les proporcionara una vida segura, algo que no siempre todos llegaron a conseguir.

Uno de aquellos primeros visitantes, uno de los artistas que llegó a Madrid hacia 1612 para instalarse muy cerca del Alcázar, fue Antonio Mancelli, autor del primer plano que se conserva de Madrid.

Mancelli se casó con Bernardina de Riaza tal vez poco después de llegar a la Villa. Antonio y Bernardina vivieron en la calle de la Puebla, hoy calle de Fomento. Era aún el Madrid de Felipe III, de su arquitecto Juan Gómez de Mora, de pintores como Vicente Carducho con quien tuvo mucha relación, los últimos años de Miguel de Cervantes… el Madrid que representa su plano es el Madrid que todos ellos vivieron.

Aunque el Alcázar desapareció tras el gran incendio que sufrió en 1734, hoy día paseando por los alrededores del Palacio Real construido en su lugar, no resulta difícil volver al pasado. Estamos en el Barrio de Palacio, corazón de Madrid, entonces y ahora.

Quedan pocas huellas del barrio, tal como era cuando allí vivía Mancelli, pero aún se conservan algunas construcciones –además de las iglesias, como la del Monasterio de la Encarnación–, que ayudan a respirar un cierto ambiente evocador de tiempos pasados. Es un placer pasear por las calles de Fomento, la Bola, del Reloj, la calle del Río…

Plano de Mancelli, 1623.

Calle de la Bola

Una de las personas que tuvo mucha relación con Antonio Mancelli fue el pintor Vicente Carducho.

Carducho nació hacia 1576 en Florencia. Llegó a España siendo un niño de unos 9 años con su hermano Bartolomé que contaba con poco más de 25, quien como otros artistas italianos se trasladó al Escorial a trabajar para el rey Felipe II en la pintura de los frescos del Monasterio. Así, acompañando a su hermano, el joven Vicente se formó en un principio en el arte italiano, en el manierismo del Escorial, para llegar al barroco español que culminarían sus discípulos, que trabajaron con él, sobre todo Francisco Ricci.

Vicente Carducho tuvo tres casas-taller, cercanas entre sí. En 1611 vivió en la esquina de las calles de Huertas y Echegaray. En 1614, en la calle del Prado actual nº 4, donde una placa lo recuerda. Finalmente, entre 1626 y 1628, en la calle de Atocha, junto a la iglesia de San Sebastián, donde se había casado con Francisca de Benavides.

Con Gómez de Mora, que además de Maestro Mayor de la Villa era su amigo, trabajó en diversos proyectos.

El propio Juan Gómez de Mora vivió junto a Palacio, en la Casa de las Matemáticas que le ofreció el rey cuando consiguió el cargo de Maestro Mayor Real, frente a la Casa del Tesoro en lo que hoy es la Plaza de Oriente.

Gómez de Mora, el arquitecto responsable de la imagen del Madrid más antiguo y más valioso. El lugar eminentemente barroco que conserva su esencia y por donde seguro transitaron todos nuestros personajes es la Plaza Mayor y sus alrededores, que pocos años después tan bien representó Pedro Texeira.

Plano de Texeira, 1656

Cava de San Miguel

Como Carducho, muchos de nuestros artistas vivieron en el hoy conocido como Barrio de las Letras.

Félix Castello, uno de sus discípulos, descendiente de padre italiano –otro de los artistas que llegaron a trabajar en la construcción del Monasterio del Escorial–, nació en Madrid en 1595 y fue bautizado en la iglesia de San Sebastián. Castello fue uno de los pintores que nos legó impagables imágenes que nos ayudan a conocer el Madrid del siglo XVII. Vivió en la plazuela de Antón Martín.

La iglesia de San Sebastián guarda infinidad de recuerdos del Siglo de Oro. No solo Carducho, allí se casaron también Juan de la Cuesta y María Quiñones; Claudio Coello y Bernarda de las Torres. Y se firmó la defunción de Miguel de Cervantes, Félix Lope de Vega y Carpio, Luis Vélez de Guevara…

Lope de Vega fue otro vecino de Carducho y gran amigo, que le mencionó en alguna de sus obras y que le dedicó un soneto. Lope fue bautizado en San Miguel de los Octoes, cerca de la Calle Mayor –donde vivió Calderón–, tuvo una vida azarosa hasta llegar a tener su propia casa en la calle de Francos, actual calle de Cervantes, hoy felizmente convertida en Casa Museo, un lugar único, ejemplo de vivienda del siglo XVII, que recrea perfectamente la que fuera casa del Fénix de los Ingenios.

Casa-Museo de Lope de Vega

El gran escultor Manuel Pereira que vivía en la calle de Cantarranas, actual Lope de Vega, fue otro de los artistas que se instaló en Madrid en los comienzos del siglo. Su vivienda estaba en la casa contigua a la que Francisco de Quevedo había comprado en la entonces llamada calle del Niño, esquina con la de Cantarranas (como ahora nos recuerda una lápida dedicada al literato, en la calle que ahora lleva su nombre, Quevedo esquina Lope de Vega), en la que por cierto antes había vivido Luis de Góngora durante más de diez años. Al parecer Quevedo nunca vivió en ella, pero frecuentaba las tabernas, casas de juego y mancebías del barrio, que en la zona convivían con las iglesias y conventos.

Por entonces, en 1619, llegó Pedro Texeira a la Villa con su hermano Joao procedentes de Lisboa. Aún no tenía 20 años. Al poco tiempo de llegar a Madrid, Pedro contrajo matrimonio con Eugenia de Salazar, en la iglesia de San Martín, una de las iglesias madrileñas más antiguas y que desgraciadamente fue derribada por los franceses hacia 1810. Pedro y Eugenia estuvieron vinculados a esta iglesia y al barrio de San Martín durante toda su vida.

Vista de la iglesia de San Martín ( Diego de Villanueva y Juan Minguet, 1758) (memoriademadrid)

La primera casa madrileña en la que residió Texeira fue una casa alquilada en la calle de Jácome Trenzo, hoy Jacometrezo , muy cerca de la plazuela de Santo Domingo. Era una pequeña casa de dos plantas, con jardincito en su interior. Murió en Madrid en 1662, el 13 de abril, en su casa de la calle del Pardo, cerca de los que hoy es la plaza de España. Fue enterrado en la misma iglesia en la que se había casado, San Martín.

Diego Velázquez viajó a Madrid en 1622; hacía un año que reinaba Felipe IV. Se instaló con su familia en una casa de la calle Convalecientes, perteneciente también al barrio de San Martín, y cercana al domicilio de Pedro Texeira. Recibió del rey su casa de aposento, situada en la calle de la Concepción Jerónima, en la parroquia de Santa Cruz, aunque se cree que nunca llegó a vivir en ella.

En 1629 Velázquez recibió licencia real para viajar a Italia. Volvió a Madrid en enero de 1631 y a finales de año se mudó a otra casa, en la calle Señores de Luzón, más cerca del Alcázar. La casa de aposento de Concepción Jerónima se la cedió a su hija y a su yerno Juan Martínez del Mazo.

Velázquez finalmente, desde 1652 hasta su muerte en 1660, vivió en la Casa del Tesoro, junto al Alcázar donde tenía su obrador y donde pintó su obra maestra, La familia de Felipe IV o Las Meninas.

Otro importante pintor, Claudio Coello, nació en Madrid en 1642, en las cercanías de Puerta Cerrada.

Plano de Texeira, 1656.

Puerta Cerrada

A la edad de 35 años adquirió una casa en la calle Calatrava, entre las calles de San Bernabé y del Águila. En ella tuvo algunos inquilinos, entre ellos la familia de Teodoro Ardemans; allí vivió hasta su muerte en 1693.

Juan Carreño de Miranda, que llegó en 1625, formó parte de una generación posterior a la de Velázquez, la de Francisco Ricci y Antonio de Pereda entre otros, grupo de pintores del último barroco madrileño, que, como dice Javier Portús, reflejaron aquel Madrid cosmopolita de la segunda mitad del Siglo de Oro. Estos artistas tuvieron acceso a las grandes obras de las colecciones reales, a la escuela veneciana y flamenca, al naturalismo de Caravaggio… y crearon un nuevo lenguaje, el de la escuela barroca madrileña de la que Carreño y Ricci fueron unos de sus más importantes representantes.

En 1651 Texeira terminó su famoso plano, la Topographia de la Villa de Madrid, aunque no vio la luz hasta 1656, curiosamente el mismo año en que Velázquez pintó Las Meninas.

Teodoro Ardemans nació en Madrid, en 1661. Aún reinaba Felipe IV, pero su juventud y etapa de aprendizaje transcurrió durante el reinado de Carlos II. Aunque ha pasado a la historia sobre todo como arquitecto, aprendió el oficio de pintor en el taller de Antonio de Pereda. Así, vivió una época difícil de grandes cambios políticos, culturales y artísticos. Ardemans fue uno de los artistas que vivió el fin del Barroco, el cambio del siglo XVII al XVIII, y el paso de la dinastía de los Austrias a los Borbones. Su domicilio principal estuvo en la calle del Humilladero.

Y ya en el siglo XVIII vivieron nuestros arquitectos castizos, cuyas huellas subsisten en diversos lugares. En la calle Mesón de Paredes, en el nº 2 nació y vivió José Benito de Churriguera, vecino de Pedro de Ribera que nació el día 4 de agosto de 1681, en la calle del Oso, donde vivían sus padres.

Recorrer este barrio de Embajadores es evocar la vida y la obra de Ribera y el barroco castizo.

Plano de Texeira, 1656.

Calle de Embajadores, 26

Por supuesto hubo muchos otros protagonistas en ese Madrid de Oro. Por no alargar demasiado este recorrido, hoy solo me queda animaros a pasear y buscar las huellas del Madrid Barroco en las plazas, calles, iglesias, placas y lápidas que tantas cosas nos cuentan. Y a participar el próximo día 7, día del cumpleaños del gran Gian Lorenzo Bernini; en Twitter vamos a celebrar el día del #OrgulloBarroco o #BaroquePride, una gran Fiesta barroca con muchas sorpresas.

Espero que os guste y disfrutéis. Gracias a todos.

Por: Mercedes Gómez