Como contó Jaime Oliver Asín, Val o valle es término habitual utilizado para denominar pueblos, barrios o calles. En Madrid, Valverde, Vallehermoso, Valdezarza, topónimos como Valnegral (hoy Abroñigal), Valnadú…
Valnadú era el nombre -quizá de origen musulmán- de una de las puertas de la muralla cristiana, la más próxima al Real Alcázar. Y el valle de Valnadú debía ser el de la calle del Arenal que en la Edad Media estaba surcada por un arroyo rodeado por terrenos elevados, el arroyo del Arenal de San Ginés.
“El profundo arenal que dio caminos
al agua, y dio llanura que no había,
tragando en sí los cerros convecinos.”
Estos versos de Nicolás Fernández de Moratín, padre de Leandro, hacen referencia al relleno del cauce del arroyo que tuvo lugar después de la llegada de la Corte a Madrid en 1561.
Antes de las reformas de Felipe II la topografía de la zona era muy accidentada. Arenal, Santa Catalina, Valnadú, Arrieta…. todo eran barrancos. Y la zona estaba surcada por numerosos arroyuelos. El más importante era el mencionado Arroyo del Arenal.
Felipe II terraplenó los barrancos de Valnadú, ordenó derribos y creó muros de contención dando lugar a la plazuela de los Caños del Peral, hoy plaza de Isabel II.
Recordemos que los límites del llamado segundo recinto o Madrid cristiano estaban marcados por el antiguo Alcázar -ubicado en el mismo lugar donde hoy admiramos el Palacio Real-, y las cuatro puertas: la Puerta de Moros, Puerta Cerrada, la de Guadalajara y la Puerta de Valnadú.
La de Valnadú es quizá la más desconocida de todas ellas en cuanto a ubicación y características. Incluso su grafía presenta dudas, en algunos lugares se encuentra escrita con “B”. Respecto a esto, además del aspecto etimológico explicado por Oliver Asín –val, de valle-, lo correcto es con “V”. En las Actas de Acuerdos del Concejo siempre aparece escrito Valnadú.
Antes de continuar debemos decir que se cree que existieron dos puertas de Valnadú. La primera, más al sur, de ser cierta la teoría según la cual en origen la muralla procedente de la Puerta de Guadalajara en la calle Mayor giraba hacia el oeste por la calle del Espejo; en algún momento, debido a la expansión de la villa, fue desplazada hacia el norte, hacia el barranco del arenal de San Ginés.
Como ya vimos aquí al hablar de las murallas y los Altos de Rebeque, recordemos que algunos autores creen que la muralla cristiana en un primer momento discurría en pronunciada curva por la calle del Espejo (que se aprecia en los planos antiguos) y continuaba por la calle de Requena hasta unirse al primer recinto. Según esta teoría la cerca fue reconstruida posteriormente un poco más al norte (algunos de cuyos tramos subsisten como sabemos), llegando hasta la plaza de Isabel II y cerrando por la plaza de Oriente. Así la segunda Puerta se situó en las cercanías de la actual plaza.
Una placa la recuerda en la esquina de la calle de la Unión con la de Vergara.
Escribió Jerónimo de la Quintana en su obra A la muy antigua, noble y coronada Villa de Madrid, publicada en 1629, que la muralla acababa en la Puerta de Valnadú, junto a la Casa del Tesoro, cerca de Palacio. Y afirmaba que las cuatro puertas eran de pasadizo acodado, entrábase con revuelta y por ambages o caminos laberínticos.
Según el Profesor Montero Vallejo este lugar correspondería aproximadamente a la parte meridional del actual Teatro Real.
Aquí, en la parte sur de la actual plaza de Isabel II y parte del inicio de la calle de Carlos III también situó la Puerta Elías Tormo.
La Puerta de Valnadú fue la menos comunicada con el exterior de la Villa debido precisamente a lo abrupto del lugar. Es difícil saber cómo eran estos terrenos, sobre todo extramuros. Las Actas municipales nos dan noticias que pueden ayudarnos a imaginar.
Al menos desde el siglo XV fueron numerosas las obras en torno a la Puerta, detalladas en las reuniones del Concejo; también nos cuentan que allí se situó una Carnicería, y además de los arroyos había fuentes, pilones, puentecillos y una pequeña presa, la presa de Valnadú que al parecer entorpecía la llegada del agua a las fuentes de arriba.
En la Edad Media era habitual la actividad comercial en torno a las Puertas del recinto amurallado. El Concejo arrendaba las carnicerías de la villa y sus arrabales, y regía todo, incluidos los precios de venta. La Carnicería de Valnadú tenía dos tablas o puestos, uno de vaca y otro de carnero.
A pocos metros de la muralla se encontraba la Fuente de Valnadú, o de los Caños del Peral, antes de las Hontanillas.
Como ya vimos durante nuestro paseo por la Cerca del Arrabal del siglo XV, una alusión importante a las puertas y a cual era el límite de Madrid a finales del siglo XV la tenemos en los datos que nos aporta la sesión dedicada el 2 de marzo de 1496 a la limpieza y salud de la Villa en la que los presentes tomaron varios acuerdos. Que no hubiese puercos en ella, ni en los arrabales, ni en las casas… que no se echara basura en las calles, ni agua sucia, ni gallinas muertas. La basura solo se podía llevar a los muladares o basureros señalados por la dicha Villa. En esa época también hay noticias de que en Valnadú existía un muladar o basurero, como en otras puertas, siempre en las afueras de la Villa.
Por eso los alrededores no debían estar muy limpios; el 21 de marzo de 1494 se mandó limpiar la Puerta y el muladar y que Bartolomé Sánchez, empedrador, empedrara la calle desde Valnadú hasta la pontecilla. Además, el muladar estaba provocando el deterioro de un trozo de muro que amenazaba con caerse.
Para complicar aún más las cosas, había nueve tenerías, lugar donde se curtían las pieles que generaban aguas sucias entre otras molestias probablemente. Recordemos que la calle de la Escalinata antes se denominó de los Tintes o de los Tintoreros.
En 1522 se mandó empedrar la calle del Arenal.
El 7 febrero 1567 “el señor Corregidor dijo que su Majestad es servido que se derribe la Puerta de Valnadú y se haga una puerta llana en ella”, o sea sin recovecos.
El 1 de agosto del mismo año en el Concejo se propuso, por orden de Su Majestad, que se derribase la Puerta y Torre de Valnadú y se hiciesen dos paredones, y que también se derribase la Torre de Alzapierna –una torre albarrana o separada del muro– y se allanase la plaza frente a la Puerta.
Por estas fechas debió cambiar mucho el paisaje, también se allanó el camino que baja a la Priora con el fin de crear una plaza. La fuente de la Priora debía estar próxima a lo que hoy es la Plaza de Oriente.
Hoy día todo es muy diferente pero, si nos fijamos bien, aún quedan rastros de lo que pudo ser. Caminando por la calle de la Escalinata, viendo los vestigios de la muralla podemos imaginar la Puerta medieval con sus torres.
Paseando por los alrededores de la plaza observamos la forma de sus calles, el camino que seguía la muralla, las pendientes, caminos que subían a Santo Domingo, antiguos cursos de agua… y por un momento parece que imaginamos cómo pudo ser Valnadú hace siglos.
Recorrer el Madrid medieval es una de las mejores maneras de conocerlo.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía
Gómez Iglesias, Agustín. «Introducción» en Libros de Acuerdos, Tomo II. Ayuntamiento de Madrid, 1970.
Fdez. de Moratín, Nicolás. “Elegía” en Semanario pintoresco español. 1842, tomo IV, pág. 284-287.
Oliver Asín, Jaime. Historia del nombre “Madrid”. AECI Madrid 1991.
Montero Vallejo, Manuel. El Madrid Medieval. Ed. La Librería, 2003.
20 comentarios
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20 octubre 2015 a 19:46
Maríarosa
Me quedo alucinada de tu sabiduría y de lo bien y mucho que te informas…Cuando ahora paseamos por esa preciosa calle de Arenal, es un buen ejercicio recordar tu post y activar la imaginación para evocar como era toda la zona cuando Madrid empezaba a ser Madrid…
20 octubre 2015 a 20:04
Mercedes
Gracias, María Rosa, es que ya sabes que es un tema que me interesa, y me gusta leer las fuentes antiguas, también disfruto paseando e imaginando. Si os motiva un poquito para hacer lo mismo, yo ¡encantada!
20 octubre 2015 a 23:12
Elena
Chapeau, Mercedes!. Impresionante este precioso y documentado recorrido. Muy bonito tu final del escrito: tienes mucha razón. Gracias mil. Un abrazo
21 octubre 2015 a 23:34
Mercedes
¡Gracias a ti, Elena! me alegra mucho que te guste. Un abrazo
22 octubre 2015 a 09:17
Karmenporr
Perdona que discrepe pero la judería está identificada en varios artículos que los referiré cuando llegue a casa porque aquí no tengo la información.
Baste señalar los disturbios de 1390 cuando esta es atacada y destruida y sus habitantes bautizados a «isopazos» sin su consentimiento.
Según referencias directas de concejo, recogidas por MIllares Carlo, alguien les dio la llave de la Puerta de Valnadú.
Los judios madrileños, súbditos directos del rey, solicitan su ayuda para reparar la muralla de la judería y para defenderse de los atacantes que seguían haciendo de las suyas por los campos cercanos.
Disculpad por la pedantería pero es que me dedico a la historia de Madrid.
Gracias.
22 octubre 2015 a 15:29
Mercedes
Hola otra vez, Karmenporr. La presencia judía en Madrid consta en documentos muy antiguos, de eso no hay duda, pero creía que la ubicación exacta de la judería seguía sin saberse a ciencia cierta. El propio Fuero se refiere a esta comunidad, pero no da pistas de dónde se encontraba. De todas formas, yo no he estudiado el tema a fondo, ese sería otro artículo…
Leí el gran trabajo de Gonzalo Viñuales (2002) basado en las minutas de los escribanos, y el más reciente de Ester Andreu (2012), ambos interesantísimos, como seguramente sabrás pues dominas el tema. Ambos, creo, seguro el segundo, se refieren a los hechos y teoría que tú citas.
Desde luego yo no afirmo nada, no tengo datos suficientes, me he limitado a exponer las teorías y certezas arqueológicas y/o documentales que conozco, por eso te reitero las gracias, cualquier información es bienvenida, sobre todo si proviene de una especialista.
22 octubre 2015 a 20:47
karmenporr
Es cierto que, el Fuero Viejo de 1202 no menciona la judería porque no existía.
Las juderías y morerias se forman, obligadas, tras las cortes de Toledo de 1480.
También he leído los artículos que mencionas.
Son básicos.
Cuando acabe lo que estoy haciendo enviaré una bilbliografía sobre el tema.
Ahora bien, he de reconocer que lo que pretendía era un poquito de debate.
Besos a todos.
21 octubre 2015 a 00:43
Armando
Gracias por rescatar de una simple placa, parte de la historia de esta ciudad, lugar tan transitado como de origen ignorado.
Un abrazo.
21 octubre 2015 a 23:36
Mercedes
Hola, Armando, es verdad, a veces no nos damos cuenta cuánta historia esconde una simple placa. Muchas gracias a ti y abrazos.
21 octubre 2015 a 08:57
Gabriel
Pérez Reverte cuenta en su libro «Hombres buenos» el placer de visitar un lugar sobre le que se ha leído.
Tú artículo convierte un paseo por este sitio en algo redondo.
Gracias por ilustrar nuestro caminar por la ciudad.
21 octubre 2015 a 23:39
Mercedes
Gracias a ti, Gabriel, por este comentario tan bonito. Es muy certera la frase de Pérez Reverte.
21 octubre 2015 a 09:42
Karmenporr
Estupendo el artículo, como siempre.
Discrepo sobre el tema de la segunda muralla porque carecería de utilidad y la zona estaba bastante dejada del concejo durante el siglo XV y XVI.
Cuando la fuente se llama López de Hoyos yo digo lo de siempre: «¡Uy, uy, uy, … cuidadin, cuidadin!»
21 octubre 2015 a 09:48
Karmenporr
Perdón, debo rectificar un error.
En lugar de segunda muralla quiero decir segunda puerta.
Me baso en que, el redondeo de la calle del Espejo debió pertenecer a la «muralla» o empalizada de la judería.
21 octubre 2015 a 23:46
Mercedes
Gracias por tu comentario, Karmenporr. Desde luego no hay pruebas de la existencia de esa primera puerta, pero a mí no me parece descabellado que antes la muralla hubiera discurrido más hacia el sur, creo que la muralla, tanto árabe como cristiana fue algo siempre en proceso de ampliación, algo vivo. Pero es cierto, es teoría, como lo de la judería, que tampoco hay pruebas (de momento). Y en cualquier caso, esa primera puerta imagino habría existido mucho antes, siglo XII… Muy interesante tu aportación!
26 mayo 2020 a 19:18
Carmen Porras Pasamontes
Perdona, querida Mercedes, que tarde tantísimo en contestar ami ENORME ERROR pero he estado enferma todo este tiempo y perdí la visión, con lo que no podía ponerme en contacto.
Rectifico el tema de la judería:
El redondeo de la calle Espejo, no es la empalizada de la aljama judía. no se sabe que es pero la susodicha estaba pegada al muro del alcázar como ha quedado reflejado en varios planos.
se trataba de una muro con camino de ronda y puertas bien guarnecidas para una población bien nutrida..
no ocupo más.
cuando termine el tema de la judería os lo cuento.
besazos a todos.
Carmen Porras
27 mayo 2020 a 19:28
Mercedes
Carmen, no te preocupes, siento mucho todo lo que te está pasando, espero que mejores. Mil gracias por la explicación, y desde luego esperamos encantados que termines tu trabajo y nos lo cuentes.
¡Besos!
23 octubre 2015 a 17:17
J. Casado
Hola Mercedes. Aún con discrepancias, motivadas por las distintas teorías y la falta de certezas históricas, el lugar que nos enseñas en tu magnifico post, es especial, como toda esa parte de Madrid.
Un saludo.
23 octubre 2015 a 23:02
Mercedes
Hola, José, muchas gracias. Sí que es especial, a mí me encanta pasear por esas calles tan evocadoras. Y qué razón tienes, la historia de Madrid está llena de enigmas, forma parte del encanto.
Un saludo
5 mayo 2017 a 00:51
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