Se acaba de inaugurar en la Biblioteca Nacional la extraordinaria exposición Vicente Carducho. Teoría y práctica del dibujo en el Siglo de Oro, que podremos visitar hasta el próximo 6 de septiembre.
La muestra es el resultado del trabajo de sus comisarios Isabel Clara García-Toraño, Álvaro Pascual Chenel y Ángel Rodríguez Rebollo. Unos días antes tuvimos la suerte y el placer de asistir a las previas Jornadas El Dibujo madrileño en el siglo XVII, organizadas por la Biblioteca junto a la Fundación Universitaria Española. Ellos fueron solo tres de los grandes especialistas que participaron y nos ofrecieron dos días magníficos, hablándonos del arte y del dibujo en el Madrid del siglo XVII.
Aunque históricamente su obra se ha visto eclipsada por haber sido contemporáneo del genio Diego Velázquez, Carducho fue uno de los pintores más importantes en las primeras décadas del siglo XVII. En su propia época gozó de gran prestigio y fue muy prolífico, además fundó una Academia de Dibujo y su influencia fue decisiva en lo que hoy conocemos como Escuela Madrileña. Felizmente en la actualidad se está recuperando su arte y su figura.
Vicencio (o Vicente) nació hacia 1576 en Florencia. Llegó a España siendo un niño de unos 9 años -no se sabe exactamente porqué, siendo tan pequeño-, con su hermano Bartolomé que contaba con poco más de 25, quien como otros artistas italianos se trasladó al Escorial a trabajar para el rey Felipe II en la pintura de los frescos del Monasterio, con su maestro Federico Zuccaro.
Así, acompañando a su hermano, el joven Vicente se formó en un principio en el arte italiano, en el manierismo del Escorial, para llegar al barroco español que culminarían sus discípulos, que trabajaron con él en su obrador, sobre todo Francisco Ricci (o Rizi).
Con Juan Gómez de Mora, que era su amigo además de Maestro Mayor de la Villa, trabajó en diversos proyectos. En el Palacio del Pardo, que fue reconstruido tras su incendio en 1604, en la Torre de la Parada… en Madrid en la Iglesia del Convento de la Encarnación, etc.
Además de para el rey, y para los monasterios de patronato real, trabajó para la nobleza y para casi todos los conventos madrileños. El retablo del altar mayor de San Antonio de los Portugueses (luego de los Alemanes), del que se conservan dos pinturas en la Sacristía actual, la Santa Cena del retablo mayor de la iglesia de las Carboneras, de gran valor artístico, y también histórico ya que se conserva en su lugar desde que fue inaugurado en 1625. Etc.
Era el Madrid que dibujó Antonio Mancelli, con quien Vicente Carducho tuvo mucha relación, el Madrid de Felipe III, de su arquitecto Juan Gómez de Mora, los últimos años de Cervantes, el escultor Manuel Pereira que vivía en la calle de Cantarranas, actual Lope de Vega. Los comienzos del reinado de Felipe IV, el Madrid de Félix Castello, uno de sus discípulos, que también vivía en la plazuela de Antón Martín, de Luis de Góngora, otro amigo…
El Madrid de Lope de Vega, otro ilustre vecino y gran amigo que le mencionó en alguna de sus obras y que le dedicó un soneto:
A Vicencio Carducho, Pintor ilustre.
Era el Madrid del Siglo de Oro.
Los Carducho vivieron y trabajaron, ya para siempre, en el barrio que hoy es conocido como de Las Letras, en torno a la Iglesia de San Sebastián, en cuyos archivos figuran algunos datos que nos hablan de su vida.
Vicente se casó con Francisca de Benavides el día 3 de febrero de 1608, siendo su hermano Bartolomé uno de los testigos.
Bartolomé Carducho tuvo su casa en la actual calle de Atocha 54, en Antón Martín, donde una placa municipal lo recuerda. Murió solo nueve meses después, en noviembre de ese mismo año 1608, con solo 48 años. Al año siguiente Vicente heredó el cargo de Pintor del rey Felipe III que antes había logrado su hermano.
Vicente Carducho tuvo tres casas-taller, cercanas entre sí:
En 1611 vivía en la esquina de las calles de Huertas y Echegaray.
En 1614, en la calle del Prado actual nº 4, donde una placa también lo recuerda.
Finalmente, entre 1626 y 1628, en la calle de Atocha, junto a la iglesia de San Sebastián –manzana 235, casas 9 y 10, de su propiedad–.
Viviendo ya en la calle de Atocha, por los documentos de la parroquia se sabe que Vicente Carducho estaba casado con Francisca Astete, que también murió, en noviembre de 1630.
Durante las Jornadas, Ángel Aterido comenzó su conferencia dedicada al Dibujo madrileño en la segunda mitad del siglo XVII, con el Plano de Pedro Texeira de fondo, diciendo que en esos momentos Madrid era “una de las ciudades mejor dibujadas de Europa”.
En la exposición se muestra una reproducción del plano de Texeira en el que se han marcado los lugares en los que trabajó Carducho. El Alcázar, el Palacio del Buen Retiro, y… hasta veintinueve conventos. Todo ello lo llevó a cabo en sus tres casas-obrador.
Hoy Madrid ha cambiado mucho, apenas quedan construcciones de la época, pero el recorrido por este barrio, la calle del Prado, Echegaray, Huertas, hasta Atocha, es muy evocador, es de los pocos que conservan las huellas del siglo XVII.
La época más activa del pintor fue entre los años 1626 y 1634, en que realizó entre otras su gran obra, las cincuenta y cuatro pinturas de gran tamaño –de las que se conservan cincuenta y dos– más dos pequeñas que representaban los escudos del rey y de la Orden cartuja, perdidos, para el Claustro del Monasterio de Santa María del Paular, que después de su dispersión han sido restauradas y han vuelto a su lugar de origen.
Fueron realizadas a lo largo de seis años en su taller de la calle Atocha, con la ayuda de sus discípulos, entre ellos Félix Castello. En la exposición, en la que se muestra alguno de los dibujos preparatorios, se recrea el alzado del Claustro de la Cartuja del Paular con todas las pinturas.
Los dibujos en el siglo XVII tenían distintos objetivos, dentro de la idea pictórica del momento servían de patrón y modelo para los discípulos en el taller. Así ocurrió con la gran obra del Paular.
La exposición es espléndida. Observar de cerca las bellísimas obras permite admirar la gran meticulosidad y perfección en los detalles del artista. Son una maravilla.
Una de las características de los dibujos de Carducho es el uso del albayalde, pigmento blanco que utilizó con maestría. Hay varios ejemplos en la exposición de la Biblioteca Nacional, algunos sobre papel azul. Como este dibujo sobre papel azul grisáceo verjurado realizado con lápiz negro, pincel, aguada parda y realces de albayalde.
Clara de la Peña, otra de las personas participantes en las Jornadas, en su interesante conferencia sobre la Disponibilidad y uso del papel en el dibujo madrileño del siglo XVII, utilizó una frase que Carducho había escrito en su Tratado: “Los rasguños, esquicios y dibujos se hacen sobre papel blanco…”
Había papel blanco de baja y de alta calidad. El de mayor calidad se importaba de Flandes, Francia, incluso Italia, y era caro; el papel de estraza y el papel azul, más bastos, se fabricaban en España y eran más baratos.
Además de una gran conocimiento de la técnica del dibujo, Carducho dominaba el uso del papel y de los colores.
Un ejemplo en papel blanco de calidad es el dibujo Expulsión de los moriscos con el que en 1627 participó en el certamen que ganaría Velázquez. Ninguno de los cuadros se conserva, perdidos en el incendio del Alcázar, pero sí el dibujo de Carducho.
Carducho fue un hombre culto, de formación intelectual sólida, pintor y dibujante, también teórico del arte. Su biblioteca era una de las más importantes de un pintor en el siglo XVII en la que abundaban los tratados de arquitectura. Además de por sus pinturas y sus dibujos fue conocido por su tratado Diálogos de la Pintura (1633). Se pintó a sí mismo escribiéndolo.
Vicente Carducho murió en Madrid, la ciudad a la que llegó siendo un niño, en la que creció, estudió, creó una Academia de Dibujo, vivió, escribió, se casó, tuvo amigos, dibujó, pintó… en 1638, a la edad de 62 años.
Por : Mercedes Gómez
—
Fuentes y bibliografía:
Museo del Prado. Vicente Carducho.
Vicente Carducho en la Biblioteca Nacional.
Planimetría General de Madrid.
Fernández, Matías. Parroquia madrileña de San Sebastián: algunos personajes de su archivo. Caparrós ed. 1995.
Muñoz de la Nava Chacón, J.M. “Antonio Mancelli: corógrafo, iluminador, pintor y mercader de libros en el Madrid de Cervantes (I)”. Revista Torre de los Lujanes, Nº 57 (2005).
14 comentarios
Comments feed for this article
2 de junio de 2015 a 16:49
a pasies
Gracias Mercedes por esta entrada que, como todas las tuyas, es magnífica. ¿sabías que en la época de Carducho la taberna más famosa de Madrid estaba en Echegaray esquina Huertas?. Posiblemente en la casa donde vivía el pintor. La cita Quevedo: «Al a orilla de un pellejo/en la taberna de Lepre». Un abrazo
2 de junio de 2015 a 22:58
Mercedes
Fantástico, Antonio, muchas gracias, no, no lo sabía. Seguro leí tu artículo en su momento, pero no lo he asociado.
La verdad es que no he conseguido saber en qué esquina vivió Carducho, si en la 225 o la 224 (que por otra parte es la misma manzana donde se encuentra la casa de la calle del Prado), ¿tienes tú algún dato que indique que pudo ser esa esquina, la de la 225?
Un abrazo
4 de junio de 2015 a 12:02
a pasies
Hola Mercedes. Sobre la taberna de Lepre, Répide dice que «estaba en la última casa de la acera izquierda (de la calle Lobo), esquina a la calle Huertas». O sea, en el nº 5 de la manzana 225 según la Planimetría. En cambio, en el libro de Asientos en el 1614 Juan Lepre privilegió la casa nº 11 de la manzana 224 (esquina de Huertas con Lobo lo que parece que ahí estaba la taberna.
En cuanto a Carducho sólo he encontrado que en 1611 vivía en la calle del Lobo, en casas de Antonio de Haro. No he podido localizar esas casas. Si encuentro algo te lo digo.
¿Como sabes que la casa del pintor hacía esquina con huertas?
Un abrazo
4 de junio de 2015 a 19:19
Mercedes
Hola Antonio, gracias por responderme y por los datos.
Que la primera casa-obrador (en la que vivía en 1611) estaba en la esquina de Huertas con Echegaray (entonces calle del Lobo) es una de las tres que sitúan en el plano de Texeira los organizadores de la exposición, pero no dan más datos.
(La segunda es la de la calle del Prado. Y la tercera la de la calle de Atocha).
Abrazos
3 de junio de 2015 a 00:03
Ramón
Estupendo artículo, como siempre, Mercedes. ¡Gracias!
3 de junio de 2015 a 00:22
Mercedes
¡Hola, Ramón! qué bien que te haya gustado. La expo es preciosa, y del barrio de las Letras ¿qué vamos a decir? ¡gracias a ti!
3 de junio de 2015 a 07:30
Anónimo
Enhorabuena Mercedes por esta entrada y felicito también a la Biblioteca Nacional por recordarnos la figura de este gran pintor, a quien Velázquez quitaría luego la fama. Aunque supongo que Velázquez conoció su obra a través de los tratados y cuadros que se conservaban. El Lienzo de la Santa Cena de las Carboneras demuestra su dominio del dibujo, color y perspectiva ( con la original posición de la mesa en vertical que llama tanto la atención ). Un beso
Maribel
3 de junio de 2015 a 22:15
Mercedes
Muchas gracias, Maribel. Tienes toda la razón, ese lienzo de las Carboneras es magnífico.
Aunque Velázquez era entonces un joven iniciando su carrera y fascinando con su pintura, y Carducho ya tenía más de cincuenta años, casi al final de su vida, no solo se conocieron sino que trabajaron juntos en alguna ocasión, ten en cuenta que ambos eran pintores del rey y trabajaban para Felipe IV. Y compitieron… Además, como bien dices, me imagino al gran Velázquez «al tanto» de todo lo que se escribía y se hacía.
Un beso
3 de junio de 2015 a 12:00
Antonio Iraizoz
Hola Mercedes. Me ha encantado tu crónica de la exposición y de la vida del extraordinario pintor. En relación al llamado barrio de las letras, habría que reconsiderar su nombre. No niego la abundancia de escritores que allí vivieron pero, ¿qué pasa con los muchos pintores, dibujantes, escultores, actores, arquitectos, etc. que convivieron en «artística vecindad»? ¿No sería más apropiado llamarle barrio de las artes?
Enhorabuena por el artículo y un abrazo.
3 de junio de 2015 a 22:27
Mercedes
Hola, Antonio, me alegro mucho de que te haya gustado. Y totalmente de acuerdo contigo, de los nombres que se ha ido dando al barrio ha quedado lo de «Las Letras», con la decoración de las calles, placas, etc. dando prioridad a los escritores, pero fue un barrio de las artes, siempre que paseo por sus calles me imagino los pintores, arquitectos, escultores… que alternarían por allí y me encanta.
Muchas gracias y abrazos
(PD: Imagino que tu conferencia fue un éxito, ¡no desespero de poder escucharte en otra ocasión!)
21 de julio de 2015 a 23:36
Elena
Hola Mercedes: he podido ir a la exposición de V.Carducho y he apreciado personalmente lo que habías descrito en tu entrada. Verdaderamente dibujos maravillosos, modelli increíbles…..para culminar con el plano de Texeira y la enumeración de las Iglesias en las que, en algunas, aún hoy en día podemos admirar sus pinturas. Artista con mayúsculas aunque, al parecer, algo desconocido en su país de nacimiento.Millones de gracias por tus siempre magníficos escritos: son catálogos que me son utilísimos tanto antes como después de cada visita. Un gran saludo
22 de julio de 2015 a 22:20
Mercedes
Hola, Elena, muchísimas gracias. es el mejor comentario que me puedes hacer, que te sirva mi trabajo. Me alegro de que hayas disfutado la visita a la expo sobre Carducho. Puede ser desconocido en Italia, la verdad es que también en Madrid, aunque ahora se está valorando su obra. Ten en cuenta que, entre otras cosas, llegó aquí siendo un niño y vivió toda su vida en el barrio de las Letras.
Un abrazo
23 de junio de 2016 a 20:50
I Segni nel tempo. Dibujos españoles de los Uffizi. | Arte en Madrid
[…] las formas gráficas herederas del Escorial”, a cargo de artistas como Eugenio Cajés y Vicente Carducho. El dibujo se convirtió en un paso decisivo en el proceso de creación de la obra de […]
4 de diciembre de 2018 a 19:54
Los artistas del Madrid Barroco | Arte en Madrid
[…] Una de las personas que tuvo mucha relación con Antonio Mancelli fue el pintor Vicente Carducho. […]