La palabra sarga, tal como recoge el Diccionario de la Real Academia Española, en su primera acepción tiene dos significados, se puede referir a un tipo de tela y a un tipo de pintura.
sarga1. (Del lat. serĭca, de seda).
1. f. Tela cuyo tejido forma unas líneas diagonales.
2. f. Pint. Tela pintada para adornar o decorar las paredes de las habitaciones.
Hoy vamos a hablar de las telas pintadas. Se suele llamar sarga a las pinturas realizadas sobre la tela sin ninguna preparación, excepto el encolado. Se habla de pintura sobre sarga, pero las telas empleadas eran sobre todo el lino, el tafetán y el cáñamo. La sarga es el objeto, no el soporte.
La pintura al temple sobre tela es muy antigua aunque su uso se desarrolló durante la Edad Media y llegó a ser muy habitual en los siglos XV y XVI en Flandes, llegando a otros países, entre ellos España. Los sargueros españoles eran los cleederscrivers flamencos o, en inglés, los cloth painters (pintores de telas). Era un oficio más, regulado por las Ordenanzas, como el de dorador, el pintor de retablos, de techumbres de madera o de murales. La pintura sobre sarga era difícil, requería una gran maestría y firmeza, pues secaba con gran rapidez y no admitía corrección.
Se realizaron muchas sargas debido a que eran más baratas que los tapices, para cubrir paredes con un fin decorativo. También eran utilizadas como puertas de los órganos en las iglesias o cortinas para cubrir los retablos de los altares en tiempos de Cuaresma.
Debido a que en muchas casos estuvieron destinadas a obras efímeras (arcos triunfales, representaciones teatrales, túmulos funerarios…) y a su fragilidad, muy pocas han llegado hasta nuestros días, pero quedan ejemplos en España, algunos en los museos de Madrid.
Hay varias obras propiedad del Museo del Prado calificadas como sargas.
De Pedro Berruguete el Prado posee cuatro sargas creadas para una iglesia de Ávila, procedentes del Museo de la Trinidad, no expuestas. Son pinturas sobre lienzo al aguazo, cada una mide 350 x 206 cm. San Pablo y La Adoración de los Reyes (temple), y San Pedro y Dos reyes magos (técnica mixta).
Otra, tampoco expuesta, es La Anunciación y la Visitación (205 x 167 cm.), temple sobre sarga, de un pintor anónimo llamado Maestro de la Leyenda de Santa Lucía, por la obra que representa escenas de la vida de esta santa (que se encuentra en la iglesia de Santiago de Brujas, ciudad en la que estuvo activo el pintor entre 1480 y 1501).
La obra está fechada entre 1485-1490. Fue adquirida por el Ministerio de Cultura en marzo de 1985 con destino al Museo del Prado. Es una pintura en grisalla, con escasos elementos de color, en la tradición flamenca. Las grisallas eran pinturas monocromas que empleaban únicamente la gama de los grises, para simular esculturas de piedra ubicadas en marcos arquitectónicos.
Otra sarga, propiedad del Museo Municipal, donde ingresó en 1936, es el Descendimiento de la Cruz, atribuido a Juan de Villoldo, temple sobre sarga, de 7,90 x 3,10 metros, del que tenemos noticia gracias al Catálogo de la exposición inaugurada a finales de 1979, Madrid hasta 1875 : testimonios de su historia. En aquellos momentos la directora del museo era Mercedes Agulló, a quien agradezco su gran ayuda, y su amistad.
Leemos en él que la pintura es “de estilo muy próximo al de Juan de Villoldo (h. 1507-1551), que en 1547 contrata las grandes sargas que cubrían el retablo de la Capilla del Obispo”.
Actualmente se encuentra, según informan en el hoy Museo de Historia, en algún almacén municipal. La imagen incluida en el mencionado Catálogo, la única que he podido localizar, es en blanco y negro, pero está “pintada con efecto de claroscuro, solamente coloreados los rostros y manos de los personajes”, casi una grisalla, como muchas de las sargas religiosas de la época.
Ojalá en alguna próxima exposición la podamos ver. Escribió Pérez Sánchez que es un “ejemplo casi único del arte de mediados del siglo XVI, del manierismo más característico…”, del arte que Berruguete introdujo en Castilla.
Sí podemos contemplar y admirar, en el Museo del Prado, El vino de la fiesta de San Martín, de Pieter Bruegel el Viejo. Es una pintura al temple de cola sobre tela (sarga), de 148 x 270,5 cm, pintado entre 1565-1568.
Llegó al Prado en 2009 en muy mal estado, cubierta por un grueso barniz, varios repintados y reentelados. Todo ello fue eliminado tras una lenta, laboriosa y delicada restauración.
La sarga o tüchlein estuvo expuesta de forma temporal, desde diciembre de 2011 a marzo de 2012, en una pequeña muestra junto a las imágenes radiográficas y explicación de las fases de su restauración. Ahora se encuentra en la Colección Permanente en la Sala LVI A, una de las más importantes del museo. Sala deslumbrante, dedicada a los grandes maestros de la Pintura flamenca, El Bosco, Patinir y el propio Bruegel, de quien hasta ese momento el museo solo poseía una obra, El triunfo de la muerte, óleo sobre tabla (h. 1562).
Todas las obras de la sala son óleos sobre tabla, excepto la sarga El vino de la fiesta de San Martín. Contrastan los colores brillantes e intensos de los demás cuadros con el color mate de la sarga sin barniz.
La pintura de Bruegel describe el reparto del vino procedente de la vendimia el día 11 de noviembre, día de San Martín, y los excesos que provoca; representa más de noventa figuras y está llena de detalles, pequeñas escenas, algunas divertidas o irónicas dentro de lo dramático de la situación de los protagonistas, de la escena general. Robos, peleas, hasta una madre dando de beber vino al niño…
De Bruegel el Viejo se conservan solo tres pinturas en sargas, dos en el Museo Nazionale di Capodimonte en Nápoles, y esta del Prado. Es una obra maestra realizada al final de su vida, en la que demuestra su dominio de la pincelada.
Pintada con temple de cola sobre una tela sin preparación, técnica habitual en Flandes en los siglos XV y XVI como hemos comentado. Se utilizó lino con ligamento de tafetán, una tela muy fina, de color claro, que se empleaba a menudo en la época. “Sobre la tela solo se aplicó un apresto de cola de origen animal, como es habitual en las sargas, que se solían colgar en la pared sin bastidor”.
Con el tiempo se fue abandonando la pintura sobre sarga, aunque hay algunos ejemplos realizados ya en el siglo XIX.
En el Museo de Historia hallamos varias pinturas, temple sobre sarga. De autor anónimo, forman parte de un conjunto de cinco sargas que representan distintos lugares de Madrid; se cree debieron adornar las paredes de alguna finca de recreo. Son cinco trampantojos pintados sobre sarga gruesa que representan lugares rodeados por guirnaldas y marcos fingidos.
Actualmente se exponen cuatro de ellas, son sobre todo valiosos documentos de la vida madrileña hacia 1816. Miden 1,50 x 2,80 m. En la planta sótano, junto a la maqueta de 1830 de León Gil de Palacio contemplamos el Palacio de Buenavista y fuente de Cibeles.
En la planta 1, El estanque grande del Retiro y la Fábrica de «la China» y el Palacio Real desde la Cuesta de la Vega. En la planta 2, la Puerta de San Vicente.
La del Estanque del Retiro es especialmente interesante pues representa el edificio de la antigua Fábrica de Porcelana, o lo que quedaba de ella después de la guerra de la Independencia, y el antiguo Embarcadero.
Finalmente, el Museo Cerralbo posee una sarga datada en 1819 obra de Zacarías González Velázquez, que podría proceder de un friso funerario, obra de arquitectura efímera, dedicado a la reina Isabel de Braganza.
Por : Mercedes Gómez
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Bibliografía:
A.E. Pérez Sánchez. “Pintura y dibujo de los siglos XVI y XVII”. Catálogo exposición Museo Municipal, Madrid hasta 1875 : testimonios de su historia. Ayuntamiento de Madrid, 1979.
Guía del Museo Municipal de Madrid. Ayuntamiento de Madrid, 1993.
E. Bermejo. “La Anunciación y la Visitación del Maestro de la Leyenda de Santa Lucía”. Boletín del Museo del Prado. Vol 15, nº 33, 1994.
S. Santos y M. San Andrés. La pintura de sargas. AEA, LXXVII, 2004.
P. Silva, M. Sellink y E. Mora. Pieter Bruegel el Viejo. El vino de la fiesta de San Martín. Museo del Prado, Madrid 2011.
26 comentarios
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3 febrero 2015 a 00:22
Amparo
Interesantísimo Mercedes Muchas gracias! Amparo berlinches
3 febrero 2015 a 18:50
Mercedes
¡Me alegro, Amparo! muchas gracias a ti.
3 febrero 2015 a 08:45
Maríarosa
Un trabajo tan documentado y revelador como todos los tuyos…Las imágenes son tan bellas que sientes el que algunas estén ocultas…como ese Descendimiento de Juan de Villoldo, en «algún almacén municipal»…Un post magnífico.
3 febrero 2015 a 18:54
Mercedes
Gracias, Maríarosa. Sí que apetecería poder verlas ¿verdad? posiblemente están a buen recaudo, porque son frágiles, y en algún caso (como el de Villoldo) sus dimensiones tampoco lo ponen fácil, ¡mide casi ocho metros!
Ojalá algún día…
3 febrero 2015 a 10:06
Francisco Esteban Gómez Sánchez
Estupenda la entrada que haces sobre sobre las sargas o telas pintadas. Hace algun tiempo realice una entrada sobre Pieter Bruegel el Viejo. La minuciosidad de sus pinturas es su principal característica. En este sentido realice, hace algún tiempo esta entrada
http://elcajndelmaestro.blogspot.com.es/2010/06/juegosdeninos-tags-art-juegosdeninos.html
en la que se observan los juegos de los niños hace unos quinientos años.
Gracias Mercedes por aportarnos tanta información.
3 febrero 2015 a 19:04
Mercedes
Hola Paco, gracias a ti por tu comentario y tu aportación. La entrada es fantástica, y la actividad que propones para los niños ¡es genial!
Bruegel es uno de los grandes pintores, y ese cuadro de los juegos debe ser una maravilla.
Saludos
3 febrero 2015 a 11:43
J. Esetena
Fantástico Mercedes!! Qué interesante!! Todas las obras que comentas me parecen magníficas, pero me ha llamado especialmente la atención la de la Capilla del Obispo, ya que no la conocía y se añade al mermado repertorio de piezas renacentistas de origen netamente madrileño que conservamos. Es una pena que no se exponga (teóricamente, si nos atenemos a los criterios museográficos actuales, tendría que exhibirse en el Museo de los Orígenes-San Isidro). Casi todas las iglesias madrileñas tuvieron pinturas sobre sargas. En San Jerónimo el Real, por ejemplo, se utilizaban cada Semana Santa; recogían escenas de la Pasión y cubrían el retablo principal mientras duraba la semana, para centrar la atención sobre este pasaje de la vida de Cristo. Fueron hechas por Rómulo Cincinato (es una pena que no haya rastro de ellas).
Felicidades y un abrazo, Jesús
3 febrero 2015 a 19:31
Mercedes
Tienes razón, Jesús, es una obra muy importante en muchos sentidos, un verdadero tesoro.
Y sí, tal como ahora se plantean los museos municipales, correspondería al de San Isidro. Esperemos que poco a poco la situación vaya mejorando y se organicen exposiciones con los fondos guardados.
Muchas gracias y abrazos
3 febrero 2015 a 13:06
Maite
¡Qué interesante, muchas gracias!
3 febrero 2015 a 19:31
Mercedes
¡Gracias a ti, Maite!
3 febrero 2015 a 19:54
Carmen Requejo
Un tema totalmente desconocido para mí, pero me hago una idea de la función que tenían ya que los telones de nuestros teatros madrileños deben estar hechos con la misma técnica. Gracias por tu trabajo
3 febrero 2015 a 23:16
Mercedes
Sí, y parece ser que ese era uno de los usos de las sargas, telones en las funciones teatrales. Gracias a ti por tu comentario, Carmen.
5 febrero 2015 a 11:01
Marcos
Bravo, Mercedes! Una maravilla de reportaje. Te felicito sinceramente. Espero pueda verse alguna vez, la del Museo Municipal. La villa de Madrid, inmenso cofre de tesoros.
Un abrazo desde Argentina.
Marcos
5 febrero 2015 a 22:50
Mercedes
¡Gracias, Marcos! es verdad, inmenso cofre, que tú siempre has valorado, y conoces muy bien.
Un beso muy grande desde Madrid.
5 febrero 2015 a 11:09
Antonio Iraizoz
Estupendo trabajo, Mercedes. En la iglesia de Santiago todas las pinturas murales al óleo están realizadas sobre tela de cáñamo adherida al muro, incluso en bóvedas, pechinas (claveteadas al muro) y cúpula. Seguramente es una técnica variante y heredada de las sargas tan interesantes que nos has mostrado.
Muchas gracias y un abrazo
5 febrero 2015 a 23:00
Mercedes
Hola, Antonio, es interesantísimo lo que cuentas, no lo sabía. Otro tema bonito…
¡Muchas gracias a ti! y un abrazo
6 febrero 2015 a 00:11
Boro
Fantástico tema. Es una pena que su tamaño, su técnica y su uso hicieran que estas obras hayan desaparecido en su mayoría o al no poseer preparación sobre la tela la superficie pictórica se encuentre muy maltrecha.
Las obras de Berruguete estuvieron expuestas en el Prado hasta justo antes de la donación Várez Fisa, entonces esa sala con sus Berruguetes y Juan de Flandes tuvo que reducirse y mudarse, lo cual dejó patente que el museo se volvía a quedarse pequeño.
Sobre la sarga madrileña creo que con esas dimensiones estaría complicado exhibirla en el museo de los Origenes pero tal vez pudiera colgarse en la capilla del hospicio, aunque quedara fuera de su marco cronológico.
Un saludo.
6 febrero 2015 a 22:09
Mercedes
La ampliación del Prado fue durante muchísimos años un tema pendiente, y desde luego no parece que se haya solucionado del todo.
Gracias por darnos tu opinión, Boro.
Un saludo
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Salvador Quero Castro
Me parece muy interesante su trabajo sobre sargas, conozco especialmente las del Museo Municipal de Madrid, pues estuve destinado en él alrededor de 10 años. Hay 4 con vistas de Madrid de 1816 que figuran como anónimas desde el catálogo de la exposición del Antiguo Madrid de 1926, en un catálogo de 1908 publicado por Álvarez Ossorio con motivo del primer centenario de la Guerra de la Independencia aparecen estas sargas atribuidas a José Ribelles Helip. A estas 4 sargas hay que añadir otra un poco más pequeña que representa la entrada de Isabel de Portugal en Madrid en 1816.
Parece ser que estas sargas las encargó el Ayuntamiento a José Ribelles para el acto de entrega del Casino de la Reina que el Ayuntamiento regaló «Voluntariamente» a la reina, la documentación del Archivo de Villa demuestra que el regalo fue a petición de la reina.
Estoy intentando documentar con más firmeza esta autoría y para ello estoy consultando el Archivo de Palacio y los periódicos del momento que debieron hacer algún comentario sobre el acto.
Te agradecería cualquier sugerencia o comentario al respecto.
Muchas gracias.
Salvador Quero Castro
11 agosto 2015 a 22:34
Mercedes
Estimado Salvador: muchas gracias por el comentario y la información, interesantísima. Entiendo que estamos hablando de las mismas cuatro sargas hoy expuestas en el Museo Municipal, hoy de Historia, y la quinta, la dedicada a Isabel de Portugal, no expuesta, que figuran como Anónimo madrileño. Desconocía el Catálogo de 1908 y la atribución a Ribelles así que de momento siento no poder ayudar. Pero pensaré sobre el tema y si localizo alguna información te la haré llegar por supuesto.
Un cordial saludo
Mercedes
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