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Pedro Texeira nació en Lisboa en el año 1595. Creció en su ciudad natal, aprendiendo su oficio desde pequeño; su padre, Luis Texeira Albernas, fue Cosmógrafo Mayor de Portugal. Cuatro años después nació Diego Velázquez, en Sevilla; como Pedro, igualmente el joven Diego realizó su aprendizaje en su ciudad, en el taller de Francisco Pacheco. Unos años después, ambos llegaron a Madrid y trabajaron para el rey Felipe IV, el Rey Planeta, que había nacido poco después que nuestros protagonistas, en 1605.
Eran muy jóvenes. Antes de cumplir 19 años, el 23 de abril de 1618, Diego se casó con Juana, hija de Pacheco. Un año después Pedro, con su licencia de cosmógrafo, abandonó Lisboa en dirección a Madrid. Felipe sucedió a su padre Felipe III poco antes de cumplir 16 años.
Texeira comenzó a trabajar para Juan Bautista Lavanha, Cartógrafo Mayor de la Corona. Contrajo matrimonio con Eugenia de Salazar en la iglesia de San Martín.
Velázquez viajó a Madrid en 1622. A finales del año regresó a casa, pero en diciembre quedó una vacante de retratista en la Corte de forma que el pintor regresó en agosto de 1623 para realizar un retrato del rey; fue un éxito porque el 6 de octubre fue nombrado Pintor real.
Creo que no hay constancia de que ambos artistas y servidores de la Corona se conocieran, pero parece muy probable, y me gusta pensar que así sucedió. Sus vidas y sus pasos por la Villa y Corte pudieron entrecruzarse en más de una ocasión. No es difícil imaginar su presencia en los alrededores o incluso en el interior del Alcázar.
Sus extraordinarias obras, las pinturas de Diego Velázquez y los mapas y planos de Pedro Texeira, adornaron las paredes del Real Alcázar de Madrid.
Además, en un primer momento fueron vecinos en el barrio de San Martín.
Recordemos que la primera casa madrileña en la que residió Pedro Texeira era una casa alquilada en la calle del Postigo de San Martín, nombre que es una errata del plano del propio Texeira, en realidad se trata de la calle de Jácome Trenzo, hoy Jacometrezo.
Por su parte, Velázquez se instaló con su familia en una casa de la calle Convalecientes, actual San Bernardo, perteneciente también a la parroquia de San Martín, cercana al entonces domicilio de Texeira. A la muerte de la viuda de un ujier real, recibió del rey su casa de aposento, situada en la calle de la Concepción Jerónima, en la parroquia de Santa Cruz, aunque se cree que nunca llegó a vivir en ella.
Como es sabido, ejerció distintos oficios y disfrutó de diversos puestos al servicio de Felipe IV. Pintor de Cámara, Ujier de Cámara… En 1629 recibió licencia real para viajar a Italia. Volvió a Madrid en enero de 1631 y a finales de año se mudó a otra casa, en la calle Señores de Luzón, más cerca del Alcázar. La casa de aposento de Concepción Jerónima se la cedió a su hija y a su yerno Juan Martínez del Mazo.
También Texeira regresó a Madrid, en 1630, –había partido en 1622 para la realización del Atlas del Rey Planeta– y durante cuatro años elaboró los mapas y los textos de la Descripción que los acompañan, instalado en su nueva casa madrileña, en la calle que figura en su plano como calle del Pardo, cercana a la actual plaza de España.
Terminado el Atlas, en 1634 Pedro Texeira solicitó un puesto de Ayuda de Cámara del rey, pero Felipe IV no se lo concedió. Ese año Velázquez, tras más de un año de negativas, obtuvo un puesto de vara de Alguacil de Casa y Corte.
En enero de 1643 obtuvo el título de Ayuda de Cámara –que antes le había sido negado a Pedro Texeira–. En 1644 se le otorgó la llave de la Cámara Real. Hasta 1646, en su calidad de Ayuda del Guardarropa y de Cámara Velázquez acompañó a la Corte en sus viajes.
Por su parte, a finales de los años 40, Pedro Texeira se había convertido en una persona imprescindible en la política de defensa de la Corona española. Sus servicios como cartógrafo eran muy solicitados en la Corte. Sirva como ejemplo que, recordemos, dieciséis mapas de España, Flandes e Italia realizados por él decoraban las paredes de la Torre Dorada del Alcázar Real de Madrid. Cuando el Alcázar se incendió en 1734 lamentablemente estos mapas se perdieron.
En 1652 Velázquez fue nombrado Aposentador Mayor de palacio, con derecho a un aposento en la Casa del Tesoro, junto al Alcázar.
El famoso e importante plano de Texeira, la Topographia de la Villa de Madrid, vio la luz en 1656.
El mismo año en que Velázquez pintó su obra maestra, La familia de Felipe IV o Las Meninas. Como sabemos, la escena transcurre dentro de una estancia del propio Alcázar. Felizmente, la pintura se salvó del incendio en 1734.
Velázquez murió en 1660, el viernes 6 de agosto a las 3 de la tarde. No redactó testamento. El día siguiente fue enterrado en una de las bóvedas de la iglesia de San Juan, ataviado con su por fin conseguido hábito de la Orden de Santiago.
Ese año Texeira redactó su testamento; sobrevivió casi dos años al pintor. Murió el 13 de abril de 1662, en su casa de la calle del Pardo. Fue enterrado en la iglesia de San Martín.
El rey Felipe IV murió el 17 de septiembre de 1665.
Texeira y Velázquez compartieron muchos más intereses de los que podríamos suponer. A la muerte del pintor, el inventario de su envidiable biblioteca nos revela un cierto desinterés por temas como la religión, la poesía o la literatura, y sin embargo se observa su gran afición por ciencias como la arquitectura, óptica, geometría o las matemáticas.
Diego Velázquez nos legó sus pinturas, que los madrileños y visitantes tenemos el privilegio de poder admirar en las salas del Museo del Prado a él dedicadas. Artista, maestro, ayuda de cámara del rey, aposentador de Palacio, pintor real, insuperable pintor del cielo de Madrid, el más grande pintor del barroco español.
Pedro Texeira nos legó sus mapas y planos, bellas obras de arte sin duda. Ingeniero militar, cosmógrafo real, pirata, espía al servicio del rey, inolvidable y mágico cartógrafo de Madrid.
Por: Mercedes Gómez
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Bibliografía:
16 documentos de Pedro Texeira Albernaz en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Comunidad de Madrid, 2002.
25 documentos de Velázquez en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Comunidad de Madrid, 1999.
DocuMadrid. El Madrid de Velázquez. La Librería, 1999.
MARIAS, Fernando. Diego Velázquez. Hª 16 (nº 19)
PEREDA, F. y MARIAS, F. El Atlas del Rey Planeta de Pedro Texeira. Ed. Nerea, 2003.
La Real Academia Española nació el día 3 de agosto 6 de julio de 1713 en la plaza de las Descalzas, frente al Monasterio Real, en la desaparecida casa-palacio de don Juan Manuel Fernández Pacheco, Marqués de Villena. Allí, frente a los antiquísimos muros de ladrillo y pedernal, ese día se celebró la primera sesión, recogida en el primer libro de actas de la institución, iniciado el 3 de agosto.
Juan Manuel había nacido el año 1650 cerca de Pamplona, ciudad a la que se dirigían sus padres donde el VII Marqués de Villena, su padre, iba a tomar posesión del cargo de Virrey de Navarra. Pero primero su madre, y poco después su padre, murieron siendo él aún muy pequeño así que el niño creció bajo el cuidado de su tío Juan Francisco Pacheco, obispo de Cuenca, en cuyo ambiente adquirió el gusto por los libros, la literatura, el aprendizaje de las lenguas clásicas y modernas, y las ciencias. Heredó varios títulos nobiliarios, entre ellos el de marqués de Villena, duque de Escalona y marqués de Moya. En 1674 se casó con doña María Josefa de Benavides Silva y tuvieron tres hijos. Ella murió muy joven, en 1692 a la edad de 30 años.
Él no se volvió a casar y tuvo una vida azarosa, como militar y como político, acaparando cargos, batallas y al final incluso un encarcelamiento. Llegó a ser un personaje importante de la época, Virrey de Navarra, Aragón y Cataluña. Fiel al nuevo rey Felipe V, fue nombrado Virrey de Nápoles. De vuelta a España, en 1711 el rey le nombró Mayordomo Mayor, a la vez que le liberaba del cumplimiento de sus obligaciones con el fin de que pudiera dedicarse a sus estudios y tareas literarias.
Dos años después, a la edad de 63 años, el 6 de julio de 1713 fue nombrado primer Director de la Real Academia. Como decíamos al principio, menos de un mes después se celebró la primera sesión oficial.
Falleció en 1725 y le sucedieron otros tres directores de su misma familia, su hijo Mercurio y sus nietos, hijos de éste, Juan Pablo y Andrés.
Desgraciadamente no he podido encontrar apenas información sobre el Palacio del Marqués de Villena, y la poca localizada me ha resultado confusa. Lo que sigue está basado sobre todo en la Planimetría General de Madrid, cuyos planos fueron realizados en 1750, y un lento y tranquilo paseo alrededor de la plaza y de la manzana 393, que empieza a numerarse por la calle de los Capellanes (hoy Maestro Victoria), baja por la del Arenal, sube por la de Bordadores (actual San Martín), y vuelve por la plaza de las Descalzas.
En la casa nº 7 que había sido de María de Pisa, unida a las Descalzas por un pasadizo volado, ese mismo año de 1713 comenzaron las obras para la instalación del Monte de Piedad que había sido fundado por el Padre Piquer once años antes.
Mediado el siglo XVIII, como nos muestra la Planimetría, el edificio que era propiedad de su Majestad, servía de uso del Monte de Piedad de las Ánimas del Purgatorio, que instituyó don Francisco Piquer, capellán que fue del monasterio. La nº 1 pertenecía al duque de Arcos y Maqueda, y la nº 2 al conde de Torrubia, ambas con fachada a la calle del Arenal. El estrecho sitio nº 6 era propiedad de las Descalzas Reales.
Lindando con todas ellas, en el nº 5 tuvo su Palacio el fundador de la Real Academia, Juan Manuel Fernández Pacheco. En la Planimetría aparece como propietaria la Marquesa de Villena, ¿quizá Mª Ana XI marquesa de Villena que había nacido en 1727 hija de Andrés, nieto de nuestro protagonista?.
En él venía teniendo lugar una de las tertulias que a finales del siglo XVII se habían puesto de moda entre los nobles y que fueron el origen de las Reales Academias, junto a los modelos de otras ya existentes en Francia e Italia. Allí hablaban de Filosofía, Literatura, Medicina… construyendo ese nuevo Madrid ilustrado de la recién instaurada dinastía de los Borbones.
El Marqués de Villena desde sus inicios prestó su casa de la plaza de las Descalzas Reales para sede de la Academia. La casa del marqués debía de tener su entrada por la calle de San Martín, entonces aún llamada calle de Bordadores –la vía cruzaba la del Arenal y subía hasta las Descalzas–, frente al Convento de San Martín, situado en el solar donde hoy se levanta la Casa de las Alhajas, a un paso de la iglesia de San Ginés.
Posteriormente el lugar pasó a ser ocupado por la Caja de Ahorros creada en 1838 y fusionada con el Monte de Piedad en 1869. En el siglo XIX la zona sufrió muchos cambios, y los edificios sucesivas reformas y ampliaciones.
En fotografías de los primeros años del siglo XX podemos contemplar la antigua construcción.
Finalmente, derribados los antiguos inmuebles, en los años 70 del pasado siglo XX se construyó el edificio actual, al menos inapropiado para una plaza histórica como la de las Descalzas. Es la sede central de la que hasta hace poco ha sido la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid la cual conserva escasos recuerdos del pasado.
El más llamativo, aunque no en su lugar original, la puerta de la antigua Capilla del Monte de Piedad, obra de Pedro de Ribera de 1733, según indica una inscripción en la piedra de la propia obra. Fue por entonces cuando se abrió puerta a la calle para dicha capilla hasta entonces privada (la podemos ver un poco más arriba, en el grabado de Marquet), gracias al empeño del Padre Piquer, en la fachada del primer edificio del Monte de Piedad, junto a la puerta principal, hoy perdida.
En la fachada que da a la calle de San Martín hoy hay otra puerta un poco misteriosa con una inscripción en letras doradas y el símbolo de la Virgen de las Ánimas bajo cuya advocación estaba la institución.
Es la entrada a la Capilla de Nuestra Señora de las Ánimas del Monte de Piedad.
Aunque no está ubicada en el mismo lugar que el Oratorio original, o sea en el primer edificio del Monte de Piedad, esta desconocida iglesia que como decíamos el Padre Piquer consiguió fuera de culto público a pesar de la proximidad de San Ginés (que no quería perder las limosnas de los feligreses del barrio), conserva algunos elementos de la primera Capilla de la Casa Real de Nuestra Señora del Sacro Monte de Piedad.
Normalmente casi oculta por los automóviles aparcados y los contenedores de basura, es de uso privado de la Compañía bancaria, aunque alguna Navidad ha abierto sus puertas al público mostrando su bonito Belén.
En el vestíbulo de entrada hay dos lápidas dedicadas a la memoria del Marqués viudo de Pontejos, fundador de la Caja de Ahorros de Madrid, y a la del Padre Piquer, fundador del Monte de Piedad, cuyos restos “fueron trasladados a este lugar en día 4 de mayo de 1971 desde la antigua capilla de la institución”.
A la derecha del altar moderno se guarda la antigua imagen de Nuestra Señora de las Ánimas del Monte de Piedad.
Además de los citados sepulcros y de la delicada imagen de la virgen se conservan diversos objetos litúrgicos de la capilla primitiva, y alguna pintura del siglo XVIII.
Volviendo por un momento al pasado recordemos que en 1754 la Academia aquí cobijada consiguió casa propia, una habitación en la Real Casa del Tesoro cedida por el Rey Fernando VI. En 1793 el rey Carlos IV concedió la casa de la calle de Valverde 22, donde hoy se encuentra la Real Academia de Ciencias Exactas. Allí permaneció hasta que consiguió su propio edificio, el actual de la calle de Felipe IV, que ocupa desde 1894.
Hoy, en la fachada de la plaza de las Descalzas del edificio construido sobre los terrenos antaño ocupados por palacios, luego por el Monte de Piedad y la Caja de Ahorros, próxima a la esquina de la calle de San Martín, hay una lápida instalada en 1990 por la institución bancaria con la imagen del Marqués de Villena, fundador de la Real Academia Española.
Y una inscripción que nos recuerda que en este lugar se encontraba su Palacio, en el que la Real Academia Española celebró sus primeras reuniones, hace 300 años.
por: Mercedes Gómez
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Bibliografía:
Mª Teresa Muñoz Serrulla. Francisco Piquer y la creación del Monte de Piedad de Madrid, (1702-1739): moneda, espiritualidad y su proyección en Indias. UCM, Madrid 2004.
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