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Como sabemos, hasta mediado el siglo XIX en que se inauguró el Canal de Isabel II, el abastecimiento de agua en Madrid estaba a cargo de los Viajes de Agua, viajes subterráneos, grandes obras de ingeniería cuyos vestigios hoy día son un elemento histórico singular.

La zona de captación estaba a unos diez kilómetros al norte de la ciudad; desde los pozos, a través de galerías, el agua se dirigía a las puertas situadas al norte de la Villa. En el siglo XVII, –construidos debido a la necesidad de agua que provocó el crecimiento de población tras la llegada de la Corte a Madrid–, los cuatro viajes principales de aguas finas o potables eran: Alcubilla, Abroñigal Alto, Abroñigal Bajo y Castellana.

Plano de Texeira, 1656 (detalle Puerta de Santa Bárbara)

Una vez alcanzada la Cerca, el agua se vertía en un arca principal, donde se medía, y de ahí partían las galerías de conducción que, una vez en el interior, se convertían en una red intrincada de galerías y arcas de repartición. El agua era elevada mediante norias hasta las fuentes públicas o particulares.

En los comienzos del siglo XXI, en el entorno de la calle Barceló –entre las calles de Fuencarral, Barceló, Mejía Lequerica, Beneficencia y San Mateo–, aparecieron varios restos arqueológicos procedentes de antiguas estructuras hidráulicas, entre ellos varios pozos de noria y un acueducto.

Calle de Mejía Lequerica y el nuevo Mercado Barceló. A la izquierda, lugar donde se halló una noria, entre Beneficencia y San Mateo. A la derecha, tapia del Palacio de Ustáriz (2013)

Hemos hablado de algunos de estos hallazgos en este blog y solicitado información repetidamente, así que es obligado contar las conclusiones publicadas en diversas actas de reuniones arqueológicas, citadas al final. Me parece muy interesante, espero que lo sea para todos.

Noria del Museo de Historia (2002-2007)

En 2004 durante las obras de rehabilitación del Museo Municipal, hoy Museo de Historia, se halló un «complejo hidráulico del siglo XVII de gran entidad y envergadura», según se publicó en aquellos momentos. La entonces directora del museo, la arqueóloga e historiadora Carmen Priego explicó que se trataba de un «conjunto formado por el estanque de una noria de las denominadas de sangre, es decir, de tracción animal, empleada para el riego de huertos y el abastecimiento de una comunidad… Las paredes del gran vaso descubierto, en ladrillo toledano del usado en las construcciones madrileñas en el siglo XVII, constan de peldaños perfectamente trazados, pates, que descienden hasta 15 metros de profundidad, aproximadamente».

A una profundidad de unos ocho metros surgía un ramal excavado en la tierra, que Carmen Priego opinó que casi seguro “este conducto perteneció al gran viaje de agua de Alcubilla, que cruzaba diagonalmente el edificio del Museo Municipal en dirección a la calle de Fuencarral“. La idea era integrar los hallazgos en el Museo.

Pero pasaron muchos años hasta que por fin se reabrió el museo y supimos que el estanque de la noria se había conservado y quedado a la vista. El resto del hallazgo debió de ser tapado.

A pesar de que aún no forma parte del recorrido visitable del museo, al menos una parte del hallazgo allí se encuentra felizmente; fue una suerte que la estructura se encontrara en terrenos del antiguo Hospicio, parece que eso la salvó.

Se documentó un pozo de forma ovalada, en fábrica de ladrillo, y una galería identificada como perteneciente al viaje de agua de Alcubilla o el de la Fuente Castellana.

Noria Museo de Historia de Madrid. Calle Fuencarral.

El estudio arqueológico en este caso fue completado con el análisis mediante termoluminiscencia de piezas halladas en la excavación. Aparecieron, entre otras cosas, numerosos cangilones o arcaduces que demuestran la existencia de las norias movidas por animales, que recogían el agua de los pozos.

La conclusión del análisis fue que esta noria había sido construida hacia 1644-45.

Deseamos que estos restos conservados y musealizados pronto por fin se abran al público y se explique el hallazgo y su gran importancia en la Historia de Madrid.

La noria de Barceló (2005-07)

Tras el derribo del antiguo Mercado de Barceló, durante la construcción del nuevo mercado y aparcamiento, en el entorno de la plaza de Barceló se produjeron otros hallazgos importantes, entre ellos un nuevo pozo de una noria de sangre. Apareció también una galería, probablemente del ramal del viaje de agua que abastecía a la noria, en terrenos de lo que entonces pertenecía al antiguo Hospicio, hoy plaza de Barceló.

Planta de la noria de la calle de Barceló al comienzo de la excavación (Foto: Actas RAM 2016)

Noria de Mejía Lequerica (2010)

Con motivo de las obras –se iba a construir el nuevo mercado, una biblioteca y otras instalaciones–, a partir de 2008 se realizaron una serie de controles arqueológicos en la que se denominó Área de Protección Específica Barceló.

El pozo de noria, hallado en enero de 2010 en la calle Mejía Lequerica, entre las calles de Beneficiencia y San Mateo, al excavar la salida del aparcamiento, era similar al mencionado de la calle Barceló y al del Museo de Historia, de ladrillo y mortero de cal y arena.

Pozo de noria de la calle Mejía Lequerica (Foto: Actas RAM 2016)

El pozo fue documentado y desmontado.

Acueducto (2011)

Durante la misma excavación de la rampa del aparcamiento, en marzo de 2011, en la calle Mejía Lequerica, apareció una espectacular nueva estructura de ladrillo y mortero de cal y arena, que en su momento pudimos ver, en uno de sus dos tramos descubiertos, que probablemente continúa hacia la calle Sagasta.

Calle Mejía Lequerica, agosto 2011

El País publicó la noticia del hallazgo de un muro de sesenta metros de largo por uno y medio de ancho que recorre el último tramo de la calle. Aunque el titular era «Un gran muro del XVIII paraliza las obras en Mejía Lequerica» el reportaje planteaba dudas sobre si pertenecía a un antiguo cuartel o a una estructura hidráulica, quizá al antiguo Viaje de Agua de la Castellana.

Nosotros en esos momentos pensamos que podía tratarse de una estructura perteneciente al Viaje de Agua de la Castellana. En septiembre del mismo año se apreciaban perfectamente los arcos de la construcción que finalmente fue catalogada como acueducto y datado entre los siglos XVI y XVIII.

Calle Mejía Lequerica, sept. 2011

Una foto de las actas publicadas, con la imagen de una persona trabajando, nos permite hacernos una idea de la magnitud del acueducto:

Acueducto. Labores de engasado. (Foto: Actas Jornadas Arq. 2012)

Según leemos en las actas, los restos fueron consolidados, desmontados los arcos y los pilares mediante cortes con hilo de diamante y, una parte, trasladada y almacenada. La construcción de la rampa del aparcamiento continuó.

Calle Mejía Lequerica, sept. 2013

Según se publicó, la Dirección General de Patrimonio Histórico notificó que la pieza iba a ser desmontada para ser posteriormente musealizada, no en el mismo lugar, sino en otro cercano. Afirmaron que su intención era exhibir una parte del acueducto al aire libre, cerca del lugar de origen, la calle de Mejía Lequerica, «para no alejarlo de su lugar natural y para el disfrute de la ciudadanía». Eso mismo se puede leer en las actas. Aunque nunca se ha vuelto a hablar del tema, las piezas salvadas deben de continuar en el almacén municipal, la Casilla de la Casa de Campo, adonde fueron trasladadas a la espera de determinar su ubicación con el fin de dar a conocer y explicar el antiguo sistema de abastecimiento de agua a la ciudad de Madrid.

Noria, calle de San Mateo 3 (2015)

En la calle de San Mateo nº 3, en 2015, se halló un nuevo pozo de noria, en mal estado de conservación. Destaca que en el relleno del pozo se hallaron cerámicas, entre ellas azulejos datados a partir del siglo XVI, época en la que se construyeron algunos de los primeros edificios que conformaron la zona.

Noria del Palacio de Ustáriz (2015)

Otra noria fue localizada durante las obras de rehabilitación del Palacio de Ustáriz, al retirar uno de los árboles del jardín.

Viaje de Agua en la calle Fuencarral (2018)

Más recientemente, en el verano de 2018, nuevamente durante unas obras se encontraron unas galerías que enseguida se identificaron como probables restos del siglo XVII.

Por su ubicación en esos momentos vimos que podría tratarse de vestigios del Viaje de la Alcubilla. En Fuencarral, en el cruce con las calles de San Mateo y San Joaquín, se sabe que discurría uno de los ramales del viaje.

Calle Fuencarral, agosto, 2018

En ese punto hubo un arca de repartición del agua, el “arca que está debaxo de tierra en calle alta de Fuencarral, frente de la de San Mateo”, como describió Aznar de Polanco, y recordamos entonces.

Calle Fuencarral, sept. 2018.

Sin duda fue un hallazgo muy importante. Es bonito saber que la descripción en el artículo de las actas RAM así se titula: «La arca treinta esta debaxo de tierra en la calle alta de Foncarral, frente de la de San Matheo», trabajo que incluye fotografías de las galerías y esquemas muy interesantes.

Por: Mercedes Gómez

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Ver Actas Reuniones Arqueología:

RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Antonio. «Resultados del seguimiento arqueológico intensivo de los movimientos de tierra de las obras del Área de Protección Específica 01.03 “Barceló” (Madrid)», Actas de las Octavas Jornadas de Patrimonio Arqueológico en la Comunidad de Madrid, 2011, pp. 431-440.

RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Antonio. «Consolidación, conservación preventiva, desmontaje, traslado y almacenamiento de parte del acueducto hallado durante el seguimiento arqueológico de los movimientos de tierra de las obras del nuevo Centro Polivalente Barceló», Actas de las Novenas Jornadas de Patrimonio Arqueológico en la Comunidad de Madrid, 2012, pp. 417-421.

CABALLERO, Carlos; GÓMEZ HERNANZ, Juan; HERRERA Teresa; MENDUIÑA, Roberto C.; PETRI, Aldo; RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Antonio; VEGA, Jorge J. y VILLANOVA, Luis. «Estructuras hidráulicas en el entrono de la plaza de Barceló (Madrid)», Actas Reunión de Arqueología Madrileña, 2016, pp. 212-220.

SILVESTRE, Manuel; FERRER, Genaro y NUÑO, Antonio. «La arca treinta esta debaxo de tierra en la calle alta de Foncarral, frente de la de San Matheo», Actas Reunión de Arqueología Madrileña, 2019, pp. 179-189.

El pasado fin de semana, con motivo de las actividades organizadas por “Open House Madrid”, hemos tenido ocasión y la suerte de acceder a edificios e instituciones normalmente cerrados al público, entre ellos dos Fundaciones relacionadas con la enseñanza. Una, la Fundación Fernando de Castro, verdaderamente admirable en su contenido y también en su empeño en cuidar y conservar un edificio tal como fue creado. Os invito a conocerla hoy. Más adelante, si os apetece acompañarme, visitaremos la otra, la Fundación Giner de los Ríos.

 

Fernando de Castro nació en 1814 en Sahagún, León. Huérfano a los doce años, a los quince ingresó en el Convento de San Diego de Valladolid. A los 31 años se trasladó a Madrid y llegó a ser un personaje ilustre en la Corte de Isabel II. Fue Capellán de Honor y Predicador Mayor de la reina, Senador, Caballero de la Real Orden de Carlos III, Catedrático y Rector de la Universidad de Madrid, Director de la Escuela Normal de Filosofía, Académico en la Real Academia de la Historia, fundador y presidente de varias instituciones… entre ellas la importante Asociación para la Enseñanza de la Mujer.

enseñanza mujer

Creó escuelas gratuitas para niños y adultos, clases nocturnas para obreros y las Conferencias Dominicales para la educación de la mujer, germen de la mencionada Asociación, y posteriormente creó el Ateneo de Señoras y la Escuela de Institutrices. La Fundación Fernando de Castro, Asociación para la Enseñanza de la Mujer, fue fundada en 1870 y reunió todas las Escuelas que había ido creando.

“Fernando de Castro fue el gran propulsor de la liberación profesional de la mujer a través de un arma fundamental: la cultura; y a ello consagró gran parte de su vida”.

Fue tal el éxito que su sede primero en la calle del Barco y luego en la calle de la Bolsa se quedaron pequeñas y se proyectó la construcción de una nueva en un solar adquirido hacia 1890 en la calle de San Mateo.

san mateo 15

Desgraciadamente Fernando de Castro ya no pudo verla. Murió en 1874. A partir de ese momento la Asociación fue presidida por Manuel Ruiz Quevedo.

La nueva sede fue inaugurada en 1893; en los comienzos del siglo XX albergó nuevas escuelas, como la de taquimecanografía.

La Institución se convirtió en punto de referencia y lugar de encuentro de los intelectuales, artistas, escritores y personajes de la cultura en general, Miguel de Unamuno, Emilia Pardo Bazán, Vicente Blasco Ibáñez, Benlliure, Cecilio Pla, Sorolla, Giner de los Ríos, etc. incluso la reina doña María Cristina y la infanta doña Isabel Francisca de Borbón, la “Chata”, prestaron su apoyo.

La Asociación para la Enseñanza de la Mujer llegó a desempeñar un importante papel en el mundo de la Educación en España, quizá no suficientemente reconocido.

entrada fundacion castro

El edificio está situado en la calle de San Mateo nº 15, junto al Museo del Romanticismo. Fue construido entre los años 1892-93 según proyecto de Pablo Sánchez Alonso-Gasco.

Sus tres plantas fueron distribuidas alrededor de un patio con el objetivo de facilitar la entrada de la luz natural ya que se trataba de una construcción alargada, situada entre otros edificios y con fachadas a dos calles estrechas. Se intentaba conseguir las mejores condiciones para ejercer la enseñanza.

Actualmente el primer piso está ocupado por una academia y el piso superior está ocupado por viviendas (en origen también eran viviendas para personas relacionadas con la Institución), pero la planta baja continúa siendo la sede de la Fundación.

El edificio, a lo largo del tiempo y a pesar de las dificultades económicas en algunos momentos, se ha conservado perfectamente, siempre intentando mantener el espíritu y los materiales originales, algo poco común en nuestros tiempos en Madrid.

Además de tratarse de un bello lugar que te traslada al siglo XIX es todo un ejemplo, una lección de Conservación, que merece todo nuestro aprecio y admiración.

La fachada principal da a la calle San Mateo, de ladrillo sobre una base de granito. El piso principal está adornado con arcos de medio punto, elemento arquitectónico que vamos a encontrar repetido en el interior, en el vestíbulo y en el patio.

La fachada trasera, que originalmente no tenía salida, en la calle de la Beneficencia es más sencilla, pero también interesante, con ladrillo visto de dos colores.

fachada beneficencia

El único salón que da a la calle de San Mateo es el Salón Blanco, al que se accede desde el vestíbulo de entrada, es la antigua clase dedicada a las niñas más pequeñas.

salon blanco2

Actualmente dos espejos recuerdan el lugar donde se encontraban las pizarras.

salon blanco1

Desde el vestíbulo se puede acceder a los pisos superiores.

escalera castro

Nosotros nos dirigimos al hermoso patio con sus columnas de hierro de la fundición Picazo de Madrid alrededor del cual se distribuyen las demás estancias.

castro patio1

El hierro, el cristal y la madera son los protagonistas.

castro patio2

Apenas se conservan las pinturas al fresco bajo los ventanales y sobre las puertas, pero no se han tapado, el objetivo siempre, en la medida de lo posible, es mostrar lo original. Conservar, restaurar, y no falsear.

ventanales murales

La construcción fue realizada de acuerdo con las nuevas ideas respecto a la educación, que debía llevarse a cabo en ambientes agradables, con buena luz, ventilación y comodidad. Se crearon conducciones de gas para la iluminación, calefacción… se instaló hasta un montaplatos entre las tres plantas. Aún funcionan, aunque ahora con gas en lugar de carbón, los antiguos radiadores.

puerta castro

Es un enfoque que, basado en el krausismo, luego aplicarían también los impulsores de la Institución Libre de Enseñanza.

El objetivo de los educadores de las escuelas krausistas era estimular la curiosidad intelectual, en vez de imponer a la fuerza dogmas religiosos o de otro tipo.

fuente patio

En los distintos salones, en la medida de lo posible, también se han conservado las decoraciones y mobiliario originales.

oleo y lampara castro

Hay una extraordinaria biblioteca, abierta a los investigadores.

biblioteca

El Salón de Música, el de los Presidentes…

salon castro

El antiguo Laboratorio que guarda instrumentos de la época.

laboratorio

En el que fuera antiguo Comedor de las alumnas que vivían lejos del centro sigue existiendo la pared de blancos azulejos, así creada por motivos de higiene.

salon comedor

Hoy día todos los salones se utilizan, con todo el recuerdo del pasado. En la actualidad la Fundación Fernando de Castro (A.E.M.) continúa viva, desarrollando actividades culturales y de investigación.

Por Mercedes Gómez

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